River vuelve a mirar de cerca el presente de Claudio “Diablito” Echeverri en Europa. El juvenil, vendido al Manchester City a comienzos de 2024 y cedido en primer término al club inglés, llegó este año a Bayer Leverkusen en busca de continuidad, algo que por ahora no consiguió. Según medios europeos, la falta de minutos encendió las alarmas y el City evalúa interrumpir el préstamo antes de tiempo.
En River la novedad no pasa inadvertida. El club sigue de cerca cualquier movimiento porque, si el vínculo con Leverkusen se corta, podría abrirse la chance de pedir una nueva cesión para 2026. Por ahora, el Millonario depende de un gesto claro ya sea del City o del propio futbolista. Y ese guiño podría estar más cerca de lo que parece.
En las últimas semanas, Echeverri dejó mensajes sugerentes en redes, que muchos interpretaron como señales de nostalgia. El Diablito extraña su tierra, extraña River y no oculta su deseo de volver a ponerse la banda, sobre todo después de una salida que dejó heridas entre algunos hinchas por su decisión de no renovar.
En lo deportivo, los números explican la preocupación. Bajo la conducción de Kasper Hjulmand, Echeverri disputó ocho partidos, apenas tres como titular, pese a que en los últimos encuentros por Champions y Bundesliga había empezado a sumar rodaje. Aun así, su participación está lejos de lo esperado. Algo similar ocurrió en Manchester City, donde en siete meses apenas jugó tres partidos, aunque dejó un golazo de tiro libre en el Mundial de Clubes.
Si el City decide romper el préstamo con Leverkusen, River sabe que puede aparecer una ventana inesperada. El deseo del jugador existe y en Núñez están dispuestos a avanzar, siempre que haya una señal formal del club inglés. Por ahora, la ilusión crece y el regreso del Diablito vuelve a instalarse como un sueño posible.