
Un dramático episodio se vivió el pasado martes en los tribunales de Campamento YPF de Río Grande, durante la indagatoria a los 3 gendarmes que acompañaban a María Rodríguez de 29 años al momento de su muerte. Uno de ellos, era su pareja, quien estuvo incomunicado desde el momento en que la trasladaron al hospital, sin saber de su suerte cuando ya habían pasado más de 48 horas.
Cabe recordar que esta mujer se encontraba en su domicilio de calle Estrada e Irigoyen el pasado domingo por la madrugada escuchando música y tomando fernet junto a su pareja y dos amigos, compañeros todos de la misma fuerza federal.
En un momento dado un comentario respecto de una pareja anterior de la mujer, tuvo a continuación que la misma, se levantara de la mesa, bajara el volumen de la música, y se dirigiera al baño donde se disparó con su arma reglamentaria; sostiene la principal hipótesis.
A fin de despejar cualquier tipo de dudas, una vez que la mujer fue trasladada al hospital –aún con vida- se ordenó la detención e incomunicación de los 3 hombres presentes en la escena, incomunicación que se levantó recién el martes cuando fueron trasladados a los tribunales para su indagatoria.
Uno de ellos, pareja de la mujer, tuvo su audiencia y lo primero que hizo fue preguntar por cuál era el estado de salud de su pareja, dejando sorprendidos a los funcionarios judiciales de la defensoría, dado que ya era de dominio público que la mujer había fallecido el mismo domingo a pocas horas de su internación.
La defensoría oficial cuenta ahora con un dispositivo de psicólogos y profesionales de contención, con los cuales se trabajó en informar al hombre de lo sucedido, recibiendo la noticia en las peores circunstancias posibles, a minutos de ser indagado por ese mismo fallecimiento.
Tanto este hombre como sus dos compañeros fueron excarcelados y siguen sujetos a la causa, hasta tanto se termine de disipar cualquier duda, aguardándose el barrido electrónico de las manos de cada una de las personas para detectar si accionaron arma de fuego alguna.
La pericia balística ya despejó dudas en gran parte, en relación a la trayectoria del disparo que coincide con el brazo hábil de la víctima, mostrando un impacto posterior del proyectil en la puerta del baño que indica que la misma estaba cerrada, así como su alojamiento final en el techo del mismo baño.