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Nacional

Nuevas revelaciones sobre el atentado a la Embajada de Israel

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En ese atentado terrorista, ocurrido el 17 de marzo de 1992, Irán y su brazo armado Hezbollah asesinaron a 22 inocentes y causaron más de 200 heridos.
Este informe oficial ratifica la responsabilidad política y criminal de Irán y Hezbollah en la voladura de la sede diplomática israelí ubicada en la calle Arroyo 916. Infobae accedió en exclusiva a la totalidad de ese dossier de inteligencia, titulado Irán-Líbano/Hezbollah/ESO/ «Yihad Islámica»–Atentado a la Embajada de Israel. El régimen iraní y la organización Hezbollah a través de Yihad Islámica son los responsables únicos del atentado.

En la foja 3 del informe secreto se asegura que «la Unidad Yihad Islámica/910 de Hezbolla , responsable de llevar a cabo atentados terroristas en el Globo por parte de Hezbollah e Irán, cometió el atentado de la embajada de Israel en la Argentina, bajo orden del Régimen Iraní».
Y por lo tanto asegura que ningún ciudadano argentino colaboró –de manera voluntaria- con Teherán y Hezbollah para perpetrar la voladura de la sede diplomática de la calle Arroyo.
En este contexto, el informe de la Mossad explica que al no haber conexión local -argentinos actuando junto a los terroristas-, el trabajo en el terreno fue realizado por terroristas libaneses que vivían en la Argentina, y expone -por primera vez- la estructura organizativa que utilizó Irán y Hezbollah para atacar la Embajada de Israel. «La unidad de atentados en el extranjero de Hezbollah fue creada en el Líbano a mediados del los ´80, por Imad Mughnyad y Talal Hamyla, con apoyo iraní, especialmente la sede de la inteligencia iraní en la embajada iraní en Beirut. » La Yihad Islámica es una unidad compartimentada y clandestina del brazo militar de Hezbollah.
´Yihad Islámica´ o Aparato Yihad Islámica
Hezbollah en general, y especialmente la ´Unidad Yihad Islámica´, trabajan de acuerdo a las instrucciones recibidas por el régimen iraní y la cúpula máxima de Hezbollah. En este contexto, se alude al «contrabando de explosivos reglamentarios , mediante el escondite planificado por el departamento de explosivos de la ´Yihad Islámica´ en el Líbanos. » La imprecisa redacción de esta parte del informe de inteligencia, sumada a su reproducción textual –sin contexto explicativo- en la nota del New York Times, causó una lógica reacción crítica en la justicia federal y la comunidad judía de la Argentina. Era imposible considerar como valida la hipótesis de las botellas de champú y las cajas de chocolate como método sistemático para contrabandear el explosivo que se utilizó en el atentado a la Embajada de Israel.
Todas las pericias realizadas para la causa del ataque a la Embajada, incluso el propio informe del Mossad al que accedió Infobae, asegura que el coche bomba cargaba entre 200 y 400 kilos de explosivos.
El error descriptivo del informe del Mossad en su foja 7, que el New York Times multiplicó en su nota, se puede enmendar leyendo con detenimiento el mismo dossier de inteligencia israelí que Infobae preserva en su totalidad. La clave está en las acciones ejecutadas por un terrorista llamado Hussein Suleiman Abu-Abbas, que trajo detonadores desde Beirut a Buenos Aires –pasando por Brasil-, y que el informe de la Mossad denomina –en un uso erróneo del concepto- explosivos. En la foja 14 del informe del Mossad, Mohammad Ibrahin Suleman Abu Abbas vuelve a aparecer, aunque su nombre aparece escrito de manera incompleta y agrega otra cuota de confusión semántica.
«Fines de 1991 –después de una estadía de casi un mes en la Argentina-, Hussein -terrorista de Hezbollah- pidió a Hussein –otro terrorista de Hezbollah- que regrese a la triple frontera a un inmueble operativo en Foz de Iguazú, adonde recibiría cierta cantidad de explosivos ocultos, los cuales debería transferir a Buenos Aires. » Hussein volvió a Brasil, procedió al inmueble operativo en Foz y recibió de Karaki los explosivos mencionados –alrededor de 3, 4 kg de TNT y C4, . « Hussein llevó consigo estos explosivos en un vuelo comercial, común y corriente, se San Pablo a Buenos Aires», revela la foja 14 del informe del Mossad. Este terrorista confesó en 2001 que escondió detonadores en el Parque Centenario, antes del ataque a la Embajada.
Esos detonadores no fueron los explosivos –entre 200 y 400 kilos de Amonal- que se usaron en el atentado terrorista a la sede diplomática. «De acuerdo a la información altamente valiosa y creíble, Hussein Suleiman Abu-Abbas, operativo de la »Yihad Islámica«, arrestado en Jordania en junio de 2001, escondió dos cajas de plásticos en dos sitios de la ciudad de Buenos Aires, en el año 1991. » Los explosivos fueron escondidos en el parque centenario de la capital . Los explosivos se escondieron en el parque en dos puntos, cerca de una piscina decorativa en la zona del parque.
«El escondite en ambos puntos tenía una profundidad de 0.5 metros», se puede leer en las fojas 20 y 21 del informe del Mossad. La lectura minuciosa del dossier del Mossad permitió corregir una nota del New York Times que llegaba a conclusiones erróneas. Esa nota -publicada el viernes pasado-aseguraba que los explosivos para perpetrar el ataque a la Embajada de Israel se enterraron en un plaza de la Ciudad de Buenos Aires. Desde esta perspectiva, la confesión de Hussein Suleiman Abu-Abbas pone la información de la inteligencia israelí en un escenario posible.
Donde el informe de la Mossad y el New York Times dice «explosivo», se debe leer detonadores, que sí se pueden enterrar en el Parque Centenario o traer en cajas de chocolate o envases de champú sin llamar la atención de nadie. Hacia delante, en más de quince fojas continuas, el dossier de inteligencia realiza una descripción minuciosa de la identidad de los terroristas que ejecutaron el ataque a la Embajada de Israel. El Mossad incluye fotografías de los implicados y de los restos del coche bomba, la identidad del conductor suicida y los movimientos clandestinos de las células que operaban en la región. «Houssam era el encargado de preparar los explosivos para su uso operacional».
Al final del documento «Top Secret», el Mossad ratifica que Irán utiliza a Hezbollah como su brazo armado y su proxy para encubrir su responsabilidad política y criminal en los ataques que se suceden alrededor del mundo. «De toda la información que se ha acumulado durante los años dedicados a investigar los dos atentados perpetrados en Buenos Aires –Embajada de Israel y la AMIA-, surge que estos fueron cometidos mediante la cooperación de Irán y Hezbollah. Estas dos partes se unieron y aprovecharon las ventajas relativas de cada de ellas para lograr su cometido, causando múltiples víctimas fatales y cientos de heridos», concluye el dossier del Mossad.

Fuente: Diario Panorama
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