La confirmación de la condena a Cristina Fernández de Kirchner por parte de la Corte Suprema provocó una inmediata reacción social y política. Este miércoles, a partir de las 16, se espera una masiva movilización en el centro porteño, con la Plaza de los Dos Congresos como epicentro de una jornada que promete tener gran repercusión.
A la tradicional marcha semanal de jubilados se sumarán gremios, movimientos sociales, organismos de derechos humanos, colectivos feministas, agrupaciones estudiantiles, docentes universitarios y trabajadores de la salud. También se anticipa la presencia de dirigentes políticos del peronismo y la oposición, quienes ya expresaron públicamente su rechazo al fallo del máximo tribunal.
Las organizaciones convocantes anunciaron que la consigna central será el repudio a la “proscripción” de la expresidenta, la defensa de la democracia y el rechazo al ajuste económico del actual Gobierno. El Movimiento Evita, la UTEP, la CTA y ATE Capital confirmaron su adhesión, sumándose a una convocatoria que promete tener un carácter multitudinario y federal.
Desde las 15, las columnas comenzarán a agruparse sobre avenidas Rivadavia, Callao y Entre Ríos, en los alrededores del Congreso. La jornada se desarrollará bajo un fuerte operativo de seguridad, con vallados reforzados, como ocurrió en protestas anteriores.
ATE Capital declaró un paro con movilización. “El pueblo organizado no va a permitir este grave atropello”, señalaron desde el gremio que encabeza Daniel “Tano” Catalano, en un comunicado que llama a “defender la democracia” y a respaldar políticamente a Cristina Kirchner.
Mientras tanto, continúa la vigilia de militantes frente al domicilio de la exmandataria, en el barrio porteño de Recoleta. El clima se mantiene tenso, con muestras de apoyo que no cesan desde el fallo de la Corte.
Horas antes de la movilización principal, los residentes y concurrentes de hospitales de CABA iniciarán su propia jornada de lucha, con paro de actividades y concentración a las 11 en el Obelisco. Desde allí marcharán hacia el Ministerio de Salud porteño, exigiendo una recomposición salarial urgente, el pago de guardias adeudadas y la reapertura de cupos eliminados en el sistema de residencias.
El reclamo, similar al de los residentes del Hospital Garrahan, también incluye la inclusión en el cobro del Sistema de Atención Médica Organizada (SAMO) y el rechazo a la nueva carrera médico-hegemónica, que consideran excluyente y regresiva.
La protesta sanitaria podría sumarse a la movilización general, conformando un frente multisectorial que combina demandas gremiales, sociales y políticas, en el marco de una coyuntura marcada por el ajuste, la crisis económica y un nuevo capítulo judicial que impacta de lleno en la figura de la expresidenta.
