
Después de más de 20 años al frente de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) de Buenos Aires, Héctor Daer anunció que no renovará su mandato como secretario general y que tampoco buscará continuar como cosecretario general de la CGT. Su salida marca el cierre de una etapa histórica en el sindicalismo argentino y deja abierta la puerta a un recambio generacional en uno de los gremios más influyentes del país.
Daer confirmó su decisión en un acto realizado esta semana y la ratificó públicamente a través de sus redes sociales. “No me bajo de la militancia, pero es momento de dar paso a nuevos liderazgos”, expresó ante la militancia. Su ciclo al frente del sindicato finalizará oficialmente el 3 de noviembre, cuando asuman las nuevas autoridades que resulten electas en los comicios internos del 7 de agosto.
El dirigente decidió no participar como candidato, pero brindó un respaldo explícito a la lista Celeste y Blanca, la misma que encabezó durante toda su gestión. Saludó públicamente la postulación de Javier Pokoik, actual secretario gremial, y de Norberto Maschio, secretario de prensa, quienes buscarán sucederlo en la conducción de ATSA.
Daer fue uno de los dirigentes sindicales más visibles y con mayor gravitación en la política gremial nacional de las últimas dos décadas. Como referente del gremio de la sanidad, fue clave en la consolidación del modelo de sindicatos fuertes con vocación de diálogo institucional, y jugó un rol central en la reunificación de la CGT en 2016, que dio nacimiento a la actual conducción tripartita.
Desde entonces, compartió la cosecretaría general con otros referentes como Pablo Moyano y Carlos Acuña, articulando puentes tanto con los gobiernos peronistas como con sectores opositores.
Durante su discurso de despedida, Daer remarcó que su construcción sindical se basó en valores colectivos: “Cuando construimos poder en ATSA lo hicimos con una mirada colectiva, no personalista. La fuerza de esta organización está en la militancia diaria y la lucha no se agota en una elección”, sostuvo.
La salida de Daer se da en un contexto de fuerte tensión entre el movimiento obrero y el Gobierno nacional, especialmente tras el decreto que limita las huelgas en servicios esenciales, que fue duramente rechazado por la CGT. De hecho, la central sindical presentó una acción de amparo en la Justicia para frenar su aplicación, al considerar que viola el derecho constitucional a la protesta y la negociación colectiva.
En paralelo, Daer participó recientemente de una reunión con el ministro del Interior, Guillermo Francos, para manifestar el rechazo del sindicalismo a la normativa. Tras ese encuentro, el dirigente aseguró que “no hay clima para un paro general”, pero advirtió que seguirán en estado de alerta y movilización.
Con su decisión de apartarse de los cargos ejecutivos, Daer deja vacantes dos sillas de peso estratégico tanto en la estructura gremial como en el tablero político nacional. Si bien aclaró que no se alejará de la militancia, su salida operativa allana el camino para una renovación dirigencial en el sindicalismo argentino.
Los nombres de Pokoik y Maschio, los candidatos de su espacio para sucederlo en ATSA, reflejan un intento de dar continuidad a la línea de gestión actual, pero también de oxigenar la conducción con nuevos actores. En el oficialismo sindical destacan que ambos vienen formándose en la estructura gremial desde hace años y cuentan con un alto grado de consenso interno.
El proceso electoral del sindicato será observado con atención por otras organizaciones gremiales, ya que ATSA Buenos Aires representa a miles de trabajadores del sistema de salud privado y tiene una fuerte presencia territorial.
La decisión de Daer deja también un signo de interrogación abierto sobre el futuro liderazgo de la CGT, donde aún no se definieron los plazos ni las modalidades para una eventual renovación de autoridades. Con su salida, el mapa sindical entra en una etapa de reconfiguración en medio de una situación económica crítica y con una agenda laboral en disputa.