El estado de salud de Carlos Salvador Bilardo mantiene en vilo al mundo del fútbol argentino. El histórico entrenador campeón del mundo con la Selección Argentina en 1986 atraviesa una etapa avanzada del síndrome de Hakim-Adams, una enfermedad neurodegenerativa que afecta sus funciones cognitivas, y en las últimas horas se conoció una dura revelación que conmovió a todos.
Quien compartió detalles sobre su presente fue Miguel Lemme, su histórico ayudante de campo y uno de los pocos que frecuenta al “Narigón”. En diálogo con Super Deportivo Radio, Lemme compartió un crudo testimonio: “No, no reconoce a nadie. A veces confunde a la mujer con la hija y a la hija con la mujer”.
Bilardo, de 87 años, fue diagnosticado con síndrome de Hakim-Adams en 2017. Se trata de una enfermedad que genera deterioro cognitivo, problemas de movilidad y pérdida de memoria. Aunque su familia mantiene un profundo hermetismo, el relato de Lemme brindó un panorama desolador sobre el actual estado del exentrenador.
“Estuve el sábado con él, merendamos juntos. Después llegó la hija Daniela con los nietos. Yo me quedé un ratito más porque cuando viene la familia me voy. Está entre todos, está bien. Pero la enfermedad no es recuperable”, relató Lemme.
“No lo voy a dejar ni loco”
El exayudante de Bilardo confesó que, al inicio de la enfermedad, se había propuesto no volver a verlo si algún día dejaba de reconocerlo. Pero el cariño pudo más: “Yo dije: ‘el día que no me conozca, no voy más’, pero es más fuerte que yo. Lo quiero tanto que voy a estar siempre al lado de él”.
“Él tuvo doscientas mil personas alrededor y siempre me buscó a mí. Fue una conexión del ‘82 hasta ahora, y más ahora no lo voy a dejar ni loco. Él no me soltó la mano a mí y yo ahora no se la suelto. Voy a estar con él hasta que Dios lo decida”, concluyó, visiblemente emocionado.
Un símbolo eterno
El testimonio de Lemme generó una ola de mensajes en redes sociales por parte de hinchas y fanáticos, que no olvidan el legado de Bilardo. Su figura trasciende generaciones y continúa siendo uno de los grandes íconos del fútbol argentino.
Aunque su estado de salud se mantiene bajo estricto cuidado familiar, la historia compartida por su amigo más cercano reflejó con crudeza el avance de una enfermedad que no da tregua. Carlos Bilardo sigue siendo acompañado en silencio, con amor, por quienes más lo quieren.
