
El canciller alemán, Friedrich Merz, se reunió con el presidente estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca, una cita que con otros líderes terminó en tensión, y que en su caso dejó un momento incómodo.
La reunión fue cortés. Merz fue hábil evitando emboscadas como las que Trump tendió al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, y al de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, que se vieron atrapados en una red de exabruptos.
También supo salir adelante de una serie de referencias de Trump sobre la derrota de la Alemania nazi, un tema muy sensible en el país europeo.
Trump elogió a Merz por el aumento del gasto en defensa de Alemania, algo que viene pidiendo a los miembros de la OTAN. Pero acto seguido añadió que no está seguro de que el general estadounidense de la Segunda Guerra Mundial Douglas MacArthur hubiera estado de acuerdo.
Después, Merz se refirió al aniversario, este viernes, de los desembarcos de los aliados en Normandía, que llevaron al final de la Segunda Guerra. “Es el día D, cuando los norteamericanos terminaron una guerra en Europa. Esto está en sus manos”, le deslizó el dirigente alemán. Trump comentó, con una sonrisa: “Ese no fue un día agradable para ustedes”. Merz respondió con calma, aunque algo incómodo: “No... Bueno, al final... esta fue la liberación de mi país de la dictadura nazi”.
“Le debemos algo a ustedes [los norteamericanos]. Por eso digo que Estados Unidos está de nuevo en una posición fuerte para hacer algo para terminar esta guerra“, le dijo el canciller alemán.
El conservador de 69 años elogió a Trump como la “persona clave en el mundo” para poner fin a la guerra en Ucrania. Y estimó que el presidente estadounidense podría “realmente hacer eso ahora presionando a Rusia”.
Fue una manera indirecta de pedirle que le imponga sanciones a Rusia por haber invadido Ucrania en febrero de 2022. Pero Trump, que habló con Putin el miércoles, comentó que podría ser mejor dejar que las dos partes se enfrenten y comparó la guerra con una pelea de niños.
“A veces ves a dos niños pequeños peleando como locos. Se odian y pelean en un parque, y tú intentas separarlos”, dijo Trump a los periodistas. “A veces es mejor dejarlos pelear un rato”, añadió.
Pero dijo que le pidió a Putin que no tome represalias tras el audaz ataque con drones de Ucrania a sus bases aéreas en el que varios bombarderos capaces de portar armas nucleares quedaron destruidos. “Dije ‘no lo hagas’”, contó Trump. Pero, según él, Putin señaló que no tiene otra opción más que responder y que “no iba a ser bonito”.
Merz subrayó por su lado que Alemania “estaba del lado de Ucrania” y que Kiev solo atacaba objetivos militares, no civiles rusos. “Estamos tratando de hacerlos más fuertes”, indicó el canciller sobre los ucranianos.
El abuelo de Trump y la pelea con Musk
Merz mantuvo un talante diplomático a lo largo del encuentro e incluso sorprendió al presidente regalándole un ejemplar del certificado de nacimiento de su abuelo Frederick (Friedrich) Trump, nacido en Alemania en 1869.
Trump dedicó buena parte del discurso a hablar de su exasesor Elon Musk, que rompió su relación luego de haber acompañado al republicano desde la campaña del año pasado, cuando se convirtió en su mano derecha.
Los dos dirigentes apenas trataron delante de los medios los aranceles estadounidenses contra la Unión Europea y la perspectiva de un acuerdo comercial. Trump se limitó a decir que lo cree posible.
Trump y Merz han hablado varias veces por teléfono, ya sea bilateralmente o con otros líderes europeos, desde que Merz asumió el cargo el 6 de mayo. Funcionarios alemanes dicen que los dos líderes han comenzado a construir una relación “decente”, con Merz queriendo evitar antagonismos.
Antes de la reunión Merz explicó a la prensa en Washington que si Trump mencionaba la política interna alemana le explicaría su “opinión muy claramente si es necesario”.
Trump y algunos miembros de su administración han apoyado al partido de extrema derecha y antimigración Alternativa por Alemania (AfD), que quedó en segundo lugar en las elecciones de febrero pasado.
El vicepresidente JD Vance, el jefe de la diplomacia Marco Rubio y el asesor renunciante Elon Musk son algunos de los que han expresado su apoyo a la AfD.