
Tras cinco semanas de hospitalización, el papa Francisco comenzó un proceso de rehabilitación para volver a hablar debido a que se vieron afectados los músculos de la laringe y de la faringe, por haber recibido oxígeno durante más de 30 días.
La oficina de prensa del Vaticano informó el viernes que la condición general de Francisco se mantiene estable, con ligeras mejorías mientras continúa con la fisioterapia respiratoria y física.
En rigor, fuentes oficiales confirmaron que el papa está reduciendo su dependencia al oxígeno suplementario de alto flujo, que necesitaba para respirar durante el día. Además, ya no requiere de la máscara de ventilación por la noche.
Lo que estaría entre signos de interrogación es el método clínico utilizado para suministrar oxígeno a Francisco. Mientras los reportes médicos que difunde el Vaticano hablaron en estas semanas de “ventilación mecánica no invasiva”, profesionales de la salud explicaron que si el procedimiento es mecánico, se requiere la utilización de una máquina, lo que resulta invasivo para el cuerpo.
En cambio, la ventilación no invasiva (VNI) se refiere a un método de soporte que asiste la respiración sin necesidad de intubación endotraqueal ni traqueotomía. Se administra mediante mascarillas faciales, nasales o cascos herméticos, permitiendo que el paciente respire de forma espontánea con ayuda del ventilador.