
El Maracaná fue escenario de una noche para el infarto, tanto dentro como fuera del campo de juego. Lanús empató 1-1 con Fluminense en la vuelta de los cuartos de final y, gracias al 2-1 en el resultado global, se clasificó a las semifinales de la Copa Sudamericana.
El encuentro comenzó con un golpe tempranero del local: Agustín Canobbio abrió el marcador y emparejó la serie, que el “Granate” había dejado a su favor en la ida. Sin embargo, el conjunto argentino reaccionó y encontró la igualdad a través de un verdadero golazo de Dylan Aquino, que terminó siendo decisivo para sellar la clasificación.
El partido también se jugó en las tribunas. Los hinchas de Lanús fueron víctimas de una dura represión policial en el estadio: gases lacrimógenos, bastonazos y golpes desataron el caos y obligaron a demorar el inicio del segundo tiempo durante 36 minutos. La violencia volvió a empañar un duelo internacional, aunque no logró opacar la alegría granate por el pase a semifinales.