En los últimos días, se registraron consultas de personas damnificadas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quienes relataron haber sido contactadas con propuestas de inversión en mercados globales, supuestamente vinculadas a una plataforma internacional de prestigio. Las ofertas incluían promesas de acompañamiento personalizado y acceso a oportunidades “exclusivas”, presentadas con un discurso técnico y una estética profesional orientada a generar confianza inmediata.
Según explicó Pedro Chávez Atía, asesor financiero registrado ante la Comisión Nacional de Valores, el análisis del material aportado por los damnificados permitió detectar una maniobra de fraude estructurada, basada en el uso indebido del nombre y la imagen de Interactive Brokers.
En todos los casos relevados, los supuestos asesores afirmaban operar utilizando la identidad de la firma internacional. El uso del nombre, junto con una estética cuidada y un lenguaje financiero profesional, buscaba minimizar cuestionamientos iniciales y reforzar la percepción de legitimidad.
Las capturas de pantalla aportadas muestran una plataforma digital diseñada para simular un entorno real de inversión, con saldos en dólares, resultados acumulados, gráficos de evolución y operaciones aparentemente exitosas. Sin embargo, al contrastar ese material con los sistemas reales de brokers internacionales, surgieron inconsistencias determinantes.
“No existe ninguna vinculación técnica ni operativa con Interactive Brokers. Los dominios utilizados no tienen respaldo institucional y las operaciones exhibidas carecen de trazabilidad real en los mercados financieros”, explicó Chávez Atía. En concreto, se trata de interfaces ficticias, creadas para mostrar números sin respaldo real.
Un rasgo central de esta maniobra es que no comienza con pérdidas, sino con ganancias aparentes. En una primera etapa, las víctimas observan supuestos rendimientos positivos, lo que refuerza la confianza en el esquema e incluso las lleva a incrementar el capital aportado.
El punto crítico aparece cuando se intenta retirar fondos. En ese momento, los supuestos asesores exigen nuevos pagos bajo conceptos como “impuestos”, “tasas administrativas” o “costos regulatorios”. Cada pago deriva en una nueva exigencia adicional, bajo el argumento de que aún resta completar algún trámite para liberar el dinero.
“El contacto no se corta, al contrario: se intensifica la presión y se insiste de forma constante para que la persona envíe más fondos”, detalló el asesor.
El análisis de mensajes y audios permite identificar un patrón reiterado: ante preguntas concretas, las respuestas incorporan tecnicismos, cifras y porcentajes innecesarios, que no aclaran la situación sino que la vuelven cada vez más confusa. “Este uso deliberado de lenguaje complejo busca desgastar al interlocutor y reducir su capacidad de cuestionamiento. Es una señal de alerta muy clara”, advirtió.
Las conversaciones también exhiben datos utilizados para canalizar la maniobra, como números telefónicos internacionales con prefijo europeo, presentados como líneas de supuestos asesores, y cuentas bancarias a nombre de particulares, sin relación alguna con brokers regulados.
La reiteración de estos datos en distintos casos permite descartar que se trate de hechos aislados y refuerza la existencia de una estructura organizada, orientada a captar fondos mediante la suplantación de identidad de brokers globales.
Este tipo de estafas no es marginal ni local. Cuando no se detectan y exponen a tiempo, las pérdidas asociadas a estas maniobras superan los mil millones de dólares a nivel global, debido a su escala y a la rapidez con la que incorporan nuevas víctimas.
Es importante remarcar que Interactive Brokers no participa de esta operatoria. Su identidad es utilizada de manera fraudulenta para otorgar legitimidad a un esquema que opera por fuera del sistema financiero regulado.
“La suplantación de identidad de grandes firmas es hoy una de las herramientas más usadas por estafadores financieros, justamente por el prestigio que generan estas compañías”, señaló Chávez Atía.
La estafa continúa operativa: las plataformas siguen funcionando y los canales de contacto permanecen activos.
Por eso, los especialistas recuerdan algunas pautas básicas de prevención: ningún broker internacional serio garantiza rentabilidades, no solicita pagos adicionales por fuera de su plataforma, no gestiona inversiones exclusivamente por mensajería instantánea y no utiliza cuentas bancarias de terceros para procesar retiros.
El caso vuelve a poner en evidencia la importancia de verificar siempre que una propuesta de inversión esté dentro del marco regulado y de consultar con profesionales debidamente registrados. “Una verificación previa puede evitar pérdidas patrimoniales significativas y situaciones como esta, que afectan a miles de personas”, concluyó el asesor.