Los abrazos en el Amalfitani y las lágrimas de varios jugadores al final del partido reflejan la magnitud del triunfo que consiguió Talleres. El equipo cordobés llegaba al duelo presionado, en zona de desempate por la permanencia tras el triunfo de Aldosivi, pero logró sobreponerse al contexto y firmó una victoria clave ante Vélez, jugando con inteligencia, garra y determinación.
Después de un saludo tenso con Guillermo Barros Schelotto, Carlos Tevez le ganó el duelo táctico al Mellizo. Sin un delantero de área definido, apostó por la velocidad de Angulo como referencia ofensiva y pobló el mediocampo para presionar alto. El Fortín, confiado por tener los playoffs asegurados, recién inquietó a Herrera sobre el final del primer tiempo con un zurdazo de Maher Carrizo que pasó cerca.
El gol del triunfo llegó tras una jugada de alta escuela: Portilla metió un pase filtrado exquisito y Cáceres, apareciendo por sorpresa, definió con clase para el 1 a 0. Desde entonces, la T se replegó con orden y disciplina, con Ortegoza como figura estelar, recuperando, distribuyendo y hasta acalambrado por su enorme despliegue.
El local reaccionó tarde: Herrera se agigantó bajo los tres palos y el travesaño le negó el empate a Silvero. Finalmente, Talleres se llevó tres puntos de oro, le sacó tres de ventaja a Aldosivi con seis en juego y dio un paso gigante rumbo a la salvación. El equipo de Tevez, con corazón y fútbol, volvió a creer.