
Sufrió. Sufrió demasiado, Estudiantes. Sufrió por un gol que terminó llegando por un error propio. Por un cálculo que Santiago Núñez hizo mal en su Excel futbolístico. Pero lo empató. Intentó, buscó, y lo halló. Para llegar al clásico ante Gimnasia sin una victoria pero con la emoción de al menos haber logrado tener revancha tras un yerro. Un 1-1 que, además, fue justo.
Pero deberá reflexionar porque hay errores que no se pueden cometer. Mucho menos antes de un derbi. Y ni hablar si en juego está la punta de la zona, la chance de ir encaminando la clasificación a los playoff y en la mejor posición posible. Estudiantes falló donde no debía. Y Belgrano lo capitalizó.
Falló, el Pincha. Y en una jugada que asomaba inofensiva. Que fue peligrosa porque Santiago Núñez calculó mal en el salto para desviar un pelotazo largo de Compagnucci. Y que también fue letal por la calidad de Uvita para cruzar el bombazo, inatajable, temible, imposible para Fernando Muslera. Un 1-0 de otro partido, es cierto, porque el trámite asomaba parejo. Pero que fue gol, al fin, que es lo que acaba valiendo. De esa manera se terminó desluciendo el trabajo de un visitante que, comprendiendo la horma que iba a tener enfrente, buscó en el primer tiempo alterar sus controles. Es decir: romper por las bandas con sus laterales o volantes (Palacios-Pérez) intermitentemente para no dar referencias. Y dejó flotar a Amondarain y Medina.
Un remate cruzado de Arzamendia y un ataque de Mikel fueron lo más claro contra un Belgrano cuya aproximación más peligrosa fue producto de un error de Gómez: un pase al medio que capturó Uvita fue birlado justo por Rodríguez -el árbitro cobró foul, pero luego corrigió en el VAR.
Sin embargo, esa piña no fue determinante. Porque en la última del partido, Rodríguez armó una jugada dentro del área que terminó en el empate del Pincha luego de que Compagnucci convierta un auto gol. Así, el Pincha evitó llegar en una situación límite al clásico, y jugará ante Gimnasia con mayor tranquilidad...