
Edgardo “Patón” Bauza, uno de los entrenadores más queridos del fútbol sudamericano y campeón de la Copa Libertadores con San Lorenzo y Liga de Quito, atraviesa desde 2021 una dura batalla contra la demencia frontotemporal, una enfermedad neurodegenerativa que transformó su vida cotidiana, pero no el cariño ni el respeto que sigue despertando en el mundo del fútbol.
Desde su hogar, acompañado por su familia, el Patón libra una lucha silenciosa, donde cada sonrisa y cada recuerdo se vuelven pequeñas victorias. Su esposa, Maritza Gallardo, relató en diálogo con el diario Expreso cómo transitan esta etapa: “Al principio fue un shock. Nunca piensas que una persona tan joven y saludable va a pasar por esto. Recién con el tiempo entendí que era necesario hablarlo en voz alta”.
Un diagnóstico inesperado
El diagnóstico llegó en 2021, tras varios estudios motivados por olvidos y cambios de comportamiento que alertaron a su entorno. Bauza, siempre disciplinado y con una vida sana, no tenía antecedentes neurológicos. “Él nunca se dio cuenta que estaba enfermo”, confesó Maritza.
Hoy, su rutina es tranquila y rodeada de afecto. “Edgardo ya no se comunica verbalmente, pero siempre está de buen humor. Vive en paz, y eso también nos da paz a nosotros. Lo importante es que recibe nuestro cariño todos los días”, expresó su esposa, que lo acompaña junto a su hijo menor, Nicolás, y el resto de la familia.
El reconocimiento de todo un continente
Los homenajes se convirtieron en parte de su nueva vida. En la Noche Blanca, Bauza volvió al estadio donde fue feliz para recibir un reconocimiento que conmovió a todo Ecuador: hinchas, exjugadores y dirigentes lo aplaudieron de pie. Su sonrisa, en medio de la ovación, habló por él.
Poco después, Liga de Quito inauguró el Centro de Alto Rendimiento de Pomasqui “Edgardo Bauza”, un gesto que su familia vivió con enorme emoción. “Fue muy emocionante. Es como mantener viva su huella en el club”, destacó Maritza.