
Si la presión inicial que Independiente propuso en el arranque hubiese tenido red, la historia probablemente habría sido otra. En los primeros 15 minutos, Vaccari sorprendió con un planteo agresivo, alto e intenso, pero lo poco que generó no tuvo condimento de gol. El problema es serio: en los últimos cuatro partidos el equipo no marcó.
La contracara fue la U de Chile, que soportó el vendaval inicial y luego empezó a mover la pelota a su gusto. Con Aránguiz, Salomonni y un Hormazábal inspirado, el local le ganó el medio al Rojo y lo complicó. A los 35', un error de Zabala dejó servido el ataque: Hormazábal asistió y Assadi definió desde fuera del área con clase para el 1-0.
Independiente tuvo pasajes que invitaron a soñar, pero el desgaste le pasó factura. Cabral mostró chispazos sin peso ofensivo, Loyola estuvo desaparecido, Mazzanti no se acomodó por ninguna banda, Abaldo corrió pero terminó expulsado y Montiel no pudo aprovechar su pegada. El medio, con un Fernández Cedrés errático, fue el gran talón de Aquiles.
En el segundo tiempo, el ingreso de Ávalos encendió una luz de esperanza, con dos llegadas claras de Cabral y Abaldo, pero fue apenas un espejismo. Para la revancha en Avellaneda, Vaccari deberá elegir mejor las piezas y ajustar el plan, porque ya no tiene margen de error.