
La Selección de Bolivia podría quedar al margen del Mundial 2026 no por su rendimiento deportivo, sino por una delicada situación: dos casos de doping confirmados y otros dos en análisis tienen en vilo a la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
Los protagonistas de los casos positivos son Ramiro Vaca, suspendido provisoriamente por Conmebol tras un control en su club, y Boris Céspedes, quien dio positivo por acetazolamida —una sustancia que puede enmascarar el consumo de otras— tras el partido ante Uruguay en la altura de El Alto. El jugador admitió que fue por prescripción médica, aunque esto no lo exime de sanciones.
Pero lo más grave es que hay otros dos casos sospechosos cuyos resultados aún no se conocen. Se trata de controles realizados tras los partidos ante Colombia, Chile y nuevamente Uruguay, donde Bolivia sumó 7 puntos clave. Si se confirma que hubo doping en más de dos jugadores en ese período, FIFA y Conmebol podrían quitarle los puntos obtenidos, dejándola sin chances matemáticas de clasificación.
A falta de dos fechas, la “Verde” debe visitar a Colombia y recibir a Brasil, con la ilusión de llegar al Repechaje. Sin embargo, el desenlace de las contrapruebas podría cambiar todo y transformarse en un nuevo escándalo en las Eliminatorias Sudamericanas.