Anya Taylor-Joy, conocida por sus papeles en películas como La bruja o El hombre del norte, expresó su opinión sobre la representación femenina en el cine actual, especialmente en lo que respecta a los personajes que atraviesan emociones intensas o violentas. “No quiero ofender a ningún guionista, pero no solo los hombres hacen cosas terribles. Las mujeres también nos enfurecemos”, señaló durante una entrevista promocional de El menú, acompañada por su colega Nicholas Hoult.

La actriz cuestionó ciertos patrones narrativos frecuentes: “Cuando veo escenas de hombres haciendo cosas realmente terribles, y la mujer está sentada en silencio, mientras se le escapa una lágrima que cae lentamente, pienso: ‘No, no, no. Nosotras también nos cabreamos’”. Con estas palabras, Taylor-Joy apuntó a la necesidad de construir personajes femeninos con mayor profundidad emocional, un reclamo que resuena cada vez más en las nuevas generaciones de intérpretes.

Anya Taylor-Joy nació en Miami, hija de un banquero escocés y una psicóloga de ascendencia británica, aunque pasó su infancia en Buenos Aires antes de mudarse a Londres durante la adolescencia. Fue allí donde, a los 16 años, una casualidad la llevó al mundo del modelaje y luego al cine.
Desde su primer papel protagónico en La bruja (2015), dirigida por Robert Eggers, ha participado en producciones como Múltiple, Glass, Gambito de dama, El menú, Furiosa: De la saga Mad Max y Dune: Parte Dos. Reconocida por su capacidad para encarnar personajes complejos, su presencia escénica combina intensidad y vulnerabilidad, atributos que la han convertido en una de las actrices más destacadas de su generación.
Su mirada crítica sobre los roles femeninos en el cine se enmarca en un contexto más amplio donde muchas actrices buscan una representación más diversa y realista en pantalla.