
La historia de Andrea Rincón es conocida por muchos: su salto a la fama en Gran Hermano en 2007, su paso como vedette, sus tapas de revistas, y finalmente, su consagración como actriz y conductora de los medios. Pero detrás de cada etapa hubo un objetivo claro, silencioso y lleno de amor: el deseo de ser madre y la seguridad de garantizar una buena vida para sus futuros hijos.
A meses de afirmar que congeló óvulos para no renunciar a su deseo sobre la maternidad, Rincón se sentó en los estudios de Puros Sho y confesó cuál fue su mayor objetivo durante toda su carrera, que convirtió por completo su paso por el mundo mediático.
“Cuando salí de Gran Hermano mi objetivo era comprarme mi primer departamento, y cuando lo logré, no hice nunca más una tapa de revista semidesnuda”, reveló con firmeza. Andrea explicó que las tapas no eran su deseo real, sino una "necesidad": “Quise asegurar el techo de mis hijos. Mi mensaje fue claro: jamás en mi vida iba a permitir que mi hijo tenga como techo las estrellas, como me pasó a mí”.
A su vez, contó que tuvo una pareja "muy celosa" que no pudo acompañarla en su crecimiento artístico. “Le dije que me espere, que iba a dejar de ser vedette para convertirme en actriz, pero no me esperó”, relató. Aun así, no se desvió de su meta: “Yo ya tenía pensado mi recorrido. Sabía hacia dónde iba”.
Así, también habló del presente de su papá, a quien le dedicó su Martín Fierro en el año 2017, y lo presentó como la persona que la alentó a “seguir sus sueños”. Sobre esta línea, lamentó que, actualmente, su padre está enfermo. “La cosa está complicada, pero ustedes saben que yo soy una guerrera. Lo voy a sacar adelante cómo sea, lo acompaño en todo momento”, detalló.
En un momento más íntimo, confesó cuáles fueron las “peores” cosas que hizo por “necesidad” en el ámbito laboral, y nombró episodios como “bailar desnuda” y “bajar una escalera gigante con los brazos abiertos casi desnuda para posar en revistas”.
A su vez, calificó esa etapa de su vida como una “cosificación a las mujeres”: “Yo no podía explicar lo que a mi me pasaba por dentro. Desde ese momento ya me hacía ruido. Lloraba muchísimo en ese momento. Mis trabajos me hacían pensar que como mujer me iba a quedar sola, que nadie me iba a querer”.
“A veces uno no se da cuenta de su camino. A veces uno hace cosas por necesidad. Muchas personas del otro lado están trabajando en cosas que no aman, pero la necesidad te lleva a trabajar de lo que haya. Somos muy pocos los que tenemos la posibilidad de armarnos bien para finalmente perseguir nuestros sueños”, destacó sobre su presente y los obstáculos que debió atravesar.