El fotógrafo Pablo Grillo, que fue herido con un cartucho de gas lacrimógeno en una de las marchas de los jubilados en el Congreso, volvió a la sala de terapia intensiva y deberá ser operado en las próximas horas luego de una complicación en el cerebro.
“A seguir rezando, enviando todo el amor y las energías positivas para que Pablo continúe luchando”, escribieron sus familiares en una cuenta de X, en la que informan sobre el estado de salud del reportero gráfico.
Detallaron que, “a raíz de que se controlaron las fístulas por las que perdía líquido cefalorraquídeo, se descubrió un cuadro de hidrocefalia consecuencia del traumatismo". Por ese motivo, “deberá ser intervenido quirúrgicamente a la brevedad”.
Los médicos del Hospital Ramos Mejía estimaban darle el alta el 13 de mayo, después de estar dos meses internado, para luego continuar su rehabilitación en el centro de salud Manuel Rocca. Sin embargo, un día antes, detectaron que perdía líquido del cerebro, por lo que lo tuvieron que operarlo.
El cuadro continuó esta semana y, a pesar de haber sido intervenido, no se pudo frenar la pérdida, por lo que se decidió este lunes llevarlo otra vez al quirófano.
Grillo había tenido una notable recuperación. Incluso, había podido caminar sin ayuda y escribir algunas palabras. También se lo vio tomando sol en la terraza del hospital, desde donde le sacaron una foto y lo celebraron en las redes.
“Después de 55 días en terapia intensiva, hoy Pablo salió a pasear por el hospital. No fue a hacerse un estudio ni chequeo, salió a disfrutar del aire fresco y recorrer los balcones del hospital. La alegría es total. El agradecimiento es eterno”, habían publicado en la cuenta @JusticiaXGrillo.
