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Nacional

Las industrias vinculadas a la ganadería advierten por caídas de rentabilidad

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Preocupación en el sector
Preocupación en el sector Crédito: Ignacio Petunchi

Tras un 2024 desafiante para las empresas argentinas vinculadas a la producción, la mayoría de las proyecciones económicas para 2025 indican que el PBI podría crecer entre 4,5% y 5%. Este repunte estaría dado por la recuperación del consumo interno y las exportaciones, aunque hay algunas señales de alerta, ya que existen actividades productivas donde determinados eslabones podrían tener que relegar rentabilidad (o ajustarse) para seguir a flote, tal como lo sufrieron los propios consumidores durante el inicio de la gestión de Javier Milei.

Entre las observaciones más destacadas aparecen algunos datos del último reporte elaborado por el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA). De allí se desprende que sólo en el primer mes del año, los complejos agroexportadores generaron divisas por u$s3.465 millones, un 4% más que en el mismo mes del año pasado. Dentro de esa cifra, las economías regionales fueron las que más crecieron en este inicio de 2025, aportando poco más del 10% del total mensual. El dato exacto equivale a exportaciones por u$s354 millones.


Sin embargo, un reciente informe del Instituto de Estudios (IERAL) de la Fundación Mediterránea, plantea algunas dudas acerca del futuro exportador de este sector productivo y destaca que serán necesarias otro tipo de medidas adicionales a la quita de retenciones para que los distintos sectores regionales puedan despegar y mostrar todo su potencial. Tal como esta planteada la macroeconomía, con el tipo de cambio actual y sin medidas impositivas, será muy complicado fortalecer (y en algunos casos conseguir) rentabilidad.
¿Qué ocurre en la producción de carne y leche?
Para explicar lo que pasa en la producción de carne o en la lechería, es importante diferenciar el rol de cada uno de los protagonistas de la actividad. Por un lado están los productores, por el otro los industriales y por último los consumidores.
En el caso de la lechería, los números son positivos para los productores. El precio promedio percibido por litro de leche en tranquera de tambo durante el último mes fue de 445 pesos, mientras que el costo de producción -que incluye las amortizaciones y la retribución empresaria- fue de 417 pesos, según informó el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA). Esa diferencia deja un margen positivo de casi 7%.
Estos datos tienen absoluta correlación con los aportados por Coninagro, donde se detalla que en el último año el poder de compra de leche subió considerablemente: mejoró un 27% respecto al maíz, un 46% respecto a la alfalfa y 16% respecto al gasoil.
La buena situación de los tamberos choca con la coyuntura de la industria, que atraviesa serias dificultades para exportar y que en el mercado interno tiene un consumidor que viene muy golpeado por los ajustes del año pasado. El caso de Nestle -que se podría trasladar a otras industrias lácteas- mantiene en vilo al sector, preocupa y mucho: la empresa debió interrumpir su producción en la planta de Villanueva y en marzo le dará vacaciones obligadas a cerca de 200 empleados que prestan funciones en el establecimiento ubicado en dicha localidad cordobesa.
En el sector industrial aseguran que “los costos no dan” y agregan que no se puede seguir pagando el valor actual a los productores.
En el otro lado de la cadena, los consumidores también sufren por esta situación. Los productos aumentan y las ventas no se recuperan. Según un informe del OCCA, la venta de lácteos cayó 9,7% en el mercado interno en 2024, con bajas pronunciadas en el segmento de leches.
Preocupación en la industria frigorífica
Mientras se asienta una leve mejora en el consumo interno (principal mercado para la producción de carne vacuna), se vislumbra un escenario de menor oferta de hacienda y mayores precios en función de la competitividad que se genera cuando muchos demandan y pocos ofrecen. Esas subas se movieron dentro de un margen “tolerable” porque a pesar de la baja en los envíos a faena se registró al mismo tiempo una caída de las exportaciones.
Los precios del ganado aumentaron más de un 10% en febrero y eso permitió que los productores ganaderos mejoraran el precio que reciben, aunque los frigoríficos y matarifes no pudieron trasladar esos aumentos en su totalidad y debieron absorber una parte. El motivo: los bolsillos flacos de los consumidores, que en el “comienzo del año formal” no logran cubrir todos los frentes.
Una prueba de esto es lo que se documenta en el último informe de precios de la carne que difunde todos los meses el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA), donde se observaron incrementos máximos de 5% en las carnicerías.
La caída de las exportaciones (-25,4% enero 2024 vs 2025) se debe a la baja o nula rentabilidad a la hora de concretar un negocio en el exterior. Si bien ahora podría cambiar la tendencia, los precios en el mercado internacional de la carne no lucían apetecibles en el último tramo del 2024 ni en el inicio de este 2025.
En el caso de los frigoríficos y los matarifes, esta situación refresco un reclamo de vieja data en el sector, vinculado al crecimiento de la venta en negro de carnes, tal como lo advirtió en las últimas horas Daniel Urcia, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA).
El desafío de las cadenas productivas
Al revisar los pronósticos vinculados a la economía para este 2025, queda claro que el Gobierno buscará mantener el tipo de cambio con la devaluación programada en el 1 % mensual, con lo cual los altos costos en dólares serán un reclamo constante en varios sectores de la economía y en particular entre quienes se dedican a la industrialización.
Por otra parte, la alta presión tributaria será otro de los temas a observar. La eliminación de los derechos de exportación a las economías regionales, la disminución en actividades ganaderas o la baja temporal en los granos parecen no ser suficientes para incrementar la rentabilidad de un sector que hace tiempo olvidó el disfrute de los años dorados.
Si la expectativa es estar por sobre la línea de flotación, la clave pasará por -quienes puedan- incrementar la eficiencia con mayor productividad para lograr menores costos. Aquí serán determinantes las nuevas inversiones, el acceso al crédito y la posibilidad de incorporar nuevas tecnologías.

Fuente: ámbito
Preocupación en el sector Industrias Vinculadas Ganadería Caídas Rentabilidad
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