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Salud

La detección precoz de la tartamudez mejora las posibilidades de corregir el habla

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Francisco Benítez
Francisco Benítez

La atención familiar sobre el habla de niños y niñas en sus primeras etapas de aprendizaje es fundamental para el diagnóstico de la disfluencia, un trastorno que compromete el habla pero que, tratado adecuadamente antes de los 6 años, puede ser corregido, señalaron a Télam desde la Asociación Argentina de Tartamudez (AAT), luego de que el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, planteara como "un desafío para 2022" la apertura de un debate sobre una ley nacional específica sobre esta problemática.
En el abordaje de este trastorno, la provincia de Tucumán fue pionera en la creación de un consultorio especializado y la provincia de Salta avanza en una experiencia similar; mientras que desde hace unos quince años la carrera de fonoaudiología de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) cuenta con un seminario de especialización en alteraciones de la fluidez a cargo de la especialista Beatriz Touzet, que además es presidenta honorífica de la Asociación Argentina de Tartamudez (AAT).
Al respecto, Bouzet afirmó que "siempre hubo muchos tabúes alrededor de la tartamudez y hasta hace quince años no se estudiaba en la carrera de fonoaudiología ni figuraba en las estadísticas de los hospitales; incluso las mismas personas con disfluencia trataban de pasar desapercibidas".
"La disfluencia es un trastorno genético que compromete los circuitos de procesamiento del habla, lo que produce una alteración en la fluidez; las personas que tartamudean tienen una manera particular de procesar el habla en el cerebro pero eso no significa que sean menos o más inteligentes o más ansiosos que las personas que hablan de manera fluida", subrayó en declaraciones a Télam.

Eduardo !Wado
Eduardo !Wado" de Pedro habló su tartamudez y participó de un congreso sobre el tema.

La fonoaudióloga recordó: "Cuando yo empecé a estudiar en profundidad el tema en 1991 prácticamente no había estadística y se decía que tenían este trastorno en dos por ciento de la población mundial; con la aparición de los mecanismos de prevención se estimó que esa incidencia se redujo al 1,5 por ciento y los últimos datos internacionales indican que el 1 por ciento de la población registraría algún grado de disfluencia".
"Lo más importante es que las familias estén atentas a los niños y niñas cuando comienzan a hablar, y si notan algún esfuerzo en el habla no duden en hacer consulta con un fonoaudiólogo especializado porque el habla nunca debe ser algo forzado; un diagnóstico temprano permite actuar antes que se consoliden las estructuras del lenguaje, hasta los seis años se puede estimular el habla antes que los comportamientos se vayan fijando por el ejercicio", advirtió.
Hace una semana, el ministro del Interior mantuvo una videoconferencia con más de 100 niños con disfluencia en el marco de un Congreso de Tartamudez en Salta y reconoció que "es un problema de salud que genera muchos pensamientos negativos en una sociedad que valora la rapidez, la uniformidad, la perfección", por lo que consideró la necesidad de abrir un debate sobre la construcción de una ley nacional que aborde la problemática en forma específica y desde diferentes ángulos.
Bouzet sostuvo que "a cualquier persona que le preguntemos nos va a decir que conoce alguien en su entorno con dificultades en el habla, eso habla de algo muy cercano, pero sin embargo en los entornos de las personas con disfluencia puede haber comportamientos que causen sufrimiento".

Los chicos que estuvieron en el encuentro de Salta y conversaron con el ministro del Interior.
Los chicos que estuvieron en el encuentro de Salta y conversaron con el ministro del Interior.

La fonoaudióloga recordó: "Cuando yo empecé a estudiar en profundidad el tema en 1991 prácticamente no había estadística y se decía que tenían este trastorno en dos por ciento de la población mundial; con la aparición de los mecanismos de prevención se estimó que esa incidencia se redujo al 1,5 por ciento y los últimos datos internacionales indican que el 1 por ciento de la población registraría algún grado de disfluencia".
"Lo más importante es que las familias estén atentas a los niños y niñas cuando comienzan a hablar, y si notan algún esfuerzo en el habla no duden en hacer consulta con un fonoaudiólogo especializado porque el habla nunca debe ser algo forzado; un diagnóstico temprano permite actuar antes que se consoliden las estructuras del lenguaje, hasta los seis años se puede estimular el habla antes que los comportamientos se vayan fijando por el ejercicio", advirtió.
Hace una semana, el ministro del Interior mantuvo una videoconferencia con más de 100 niños con disfluencia en el marco de un Congreso de Tartamudez en Salta y reconoció que "es un problema de salud que genera muchos pensamientos negativos en una sociedad que valora la rapidez, la uniformidad, la perfección", por lo que consideró la necesidad de abrir un debate sobre la construcción de una ley nacional que aborde la problemática en forma específica y desde diferentes ángulos.
Bouzet sostuvo que "a cualquier persona que le preguntemos nos va a decir que conoce alguien en su entorno con dificultades en el habla, eso habla de algo muy cercano, pero sin embargo en los entornos de las personas con disfluencia puede haber comportamientos que causen sufrimiento".

Fuente: Télam
DISFLUENCIA Detección Precoz Tartamudez Mejora Posibilidades Corregir Habla
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