
Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), la enfermedad del hígado graso no alcohólica es una afección en la cual se acumula un exceso de grasa en ese órgano ubicado en la parte superior del abdomen. Esta alteración no está vinculada al consumo excesivo de alcohol y puede avanzar durante años sin dar señales claras.
Según MedlinePlus, existen dos formas principales: el hígado graso simple, que presenta acumulación de grasa pero sin daño celular evidente, y la esteatosis hepática no alcohólica, donde ya hay inflamación y deterioro de las células hepáticas. Esta última puede evolucionar hacia fibrosis, cirrosis o incluso cáncer.
Como detectar el hígado graso
Según advierten diversas entidades médicas, entre ellas la American Liver Foundation, detectar el hígado graso puede ser complejo porque al no haber síntomas notorios en las primeras etapas, el hallazgo suele ser casual.
En caso de tener que confirmar el diagnóstico, el médico evalúa la historia clínica del paciente, realiza un examen físico y solicita diferentes estudios, que pueden incluir análisis de sangre, estudios por imágenes y, en algunos casos, una biopsia.
De todos mods, algunos indicios pueden encender la alarma, especialmente en personas con sobrepeso, colesterol elevado o antecedentes familiares de diabetes tipo 2. A veces aparece cansancio o molestias en la parte superior derecha del abdomen.
Hígado graso.
Alimentos prohibidos en caso de tener el hígado graso
Es clave tener una dieta equilibrada para prevenir y tratar esta afección. Los especialistas recomiendan una alimentación rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado y grasas saludables, como las que aportan el aceite de oliva y las nueces.
Se aconseja limitar los productos ultraprocesados, las carnes rojas, las frituras, los dulces y las bebidas azucaradas ya que estos favorecen el aumento de la grasa hepática y la resistencia a la insulina.