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Salud

Cefalea, una patología a menudo sin diagnóstico

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A menudo, las personas que consultan por cefaleas hacen referencia al dolor de cabeza. Pero éste es un síntoma, no un diagnóstico, advierten desde la Sociedad Neurológica Argentina (SNA), que indica que siete de cada diez consultas a un profesional de la especialidad son por cefaleas.

Se estima que el 53% de los argentinos adultos presentó algún tipo de cefalea en el último año, según el Primer Estudio de Prevalencia sobre Migraña realizado en el país por esta sociedad científica

En todo el mundo, sólo una minoría de las personas que las sufren reciben un diagnóstico apropiado ya que para el abordaje de la patología existen diferentes barreras que impiden un correcto diagnóstico y tratamiento; entre ellas la dificultad en el acceso a la consulta especializada, la educación en salud y la expectativa del paciente.

"La migraña es una patología prevalente que afecta a un gran número de personas de nuestra sociedad. Por suerte hoy se conocen mucho más los mecanismos que producen los distintos tipos de cefaleas, entre las cuales está la migraña, y este conocimiento sirve para que se creen nuevas terapias que ayuden a mejorar la calidad de vida de los pacientes", precisó el doctor Marcelo Rugiero, presidente de la SNA y jefe del servicio de Neurología del Hospital Italiano de Buenos Aires.

"Por eso es muy importante que los médicos estén alertas a este síntoma y que los pacientes entiendan la importancia de la consulta con un neurólogo especialista en cefaleas para obtener el tratamiento adecuado", agregó.

El especialista detalló que las cefaleas se dividen en dos tipos:

* Primaria: el dolor de cabeza es el principal síntoma de la enfermedad. A este grupo pertenecen la cefalea tipo tensión (es la más frecuente), en racimos y la migraña.

* Secundaria: el dolor de cabeza está asociado a otra enfermedad.

GRAN IMPACTO

Los datos obtenidos del estudio realizado por la SNA revelan que el 40% de los migrañosos afirma que el episodio de migraña está desencadenado por el estrés. En menor medida, un 11% lo asocia con dificultades o con la modificación de su sueño habitual, y un 10% menciona la relación de los dolores de cabeza con la menstruación o cambios hormonales.

Respecto de la duración promedio de los episodios de migraña, la investigación indica que para el 67% los dolores suelen durar entre 2 y 72 horas, sin tomar analgésicos. Un 13% manifestó que sus dolores tienen una duración mayor a 72 horas, tendencia que se incrementa entre quienes tienen 30 a 49 años (19%).

A través de la encuesta efectuada por la SNA también se evaluó el nivel de intensidad de los dolores que registran los migrañosos. Más de la mitad califican su dolor de cabeza como "severo", mientras que 3 de cada 10 lo califican como "moderado".

La mitad de la población de migrañosos refiere tener sus actividades físicas e intelectuales afectadas durante los ataques.

"Estas cifras dan una idea del impacto personal, social y económico de la migraña", resaltan desde la SNA.

Uno de los principales hallazgos de la investigación es que el 62% de los migrañosos consultó en alguna oportunidad a un médico o a personal de salud por los dolores de cabeza, pero sólo un 37% consultó con un médico especialista en neurología o en dolor. Unicamente el 32% afirma haber sido diagnosticado por un profesional.

La investigación también indaga sobre las medidas adoptadas frente al dolor de cabeza. Los resultados indican que 6 de cada 10 migrañosos decide automedicarse para combatir el dolor y sólo un 12% toma analgésicos o antimigrañosos que fueron recetados por el médico.

En lo que respecta específicamente a la migraña, enfermedad neurológica compleja e incapacitante, se estima que afecta aproximadamente al 10% de la población mundial. Sin embargo, el 44% de quienes la padecen no cuentan con el diagnóstico adecuado. Esta patología, caracterizada por ataques recurrentes de dolor de cabeza de gran intensidad, posee síntomas asociados como vómitos, náuseas, mayor sensibilidad a la luz y al sonido, es tres veces más común en mujeres que en hombres y afecta con mayor frecuencia a personas de entre 15 y 50 años.

Los síntomas varían entre los pacientes y en ocasiones entre las distintas crisis migrañosas de un mismo paciente. Los ataques de migraña pueden durar desde horas hasta dos o tres días. La mayoría de las personas no puede desenvolverse normalmente durante un ataque ya que queda seriamente afectado. Durante las crisis, quienes la padecen se ven limitados para realizar actividades laborales, familiares, académicas o sociales. Es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica en el sexto lugar del ranking de discapacidad a los ataques de migraña severa y determina que es una enfermedad comparable a la demencia, la cuadriplejia y la psicosis.

Por definición, la migraña puede ser con o sin aura. Asimismo, existen de tipo episódica o crónica, dependiendo de la cantidad de ataques que se haya tenido en los últimos tres meses. La crónica se diferencia por ser la que presenta más de 15 días de cefalea al mes, donde al menos ocho episodios tienen características de migraña. Otras categorías son la asociada al ciclo menstrual y la menstrual pura, donde los factores hormonales forman parte del riesgo de desencadenar un ataque.

Los ataques de migraña pueden presentar cuatro etapas claras:

1. PRODROMO. Un 30 a 40% de los migrañosos presenta síntomas premonitorios (pródromo), que se anticipan al dolor en hasta 72 horas. Se registran cambios de humor, en el apetito, fatiga, o dolor muscular.

2. AURA. Se estima que el 25% de las personas con migraña presenta síntomas sensitivos característicos como visión de luces intermitentes o la presencia de líneas en zigzag en el campo visual llamados aura. También pueden presentarse alteraciones sensoriales o motoras, como dificultad para hablar.

3. DURANTE EL ATAQUE. La mayoría de las personas presenta cefaleas con una duración de entre 4 y hasta 72 horas. Suele comenzar con síntomas leves e ir aumentando hasta ser de gran intensidad. Las personas suelen interrumpir sus actividades hasta que ceda el dolor, que se caracteriza por ser pulsátil unilateral, puede afectar la región del rostro o cuello, su intensidad aumenta con los movimientos, y no suele mejorar con analgésicos comunes. Puede asociarse a náuseas, vómitos, sensibilidad exagerada a la luz, olores y al sonido.

4. POSDROMO. El 70% de los pacientes presenta una fase de posdromo que puede durar unas horas o días. Se caracteriza por falta de apetito, dolor muscular, confusión, fatiga.

"Es importante detectar cuáles son los factores que desencadenan los ataques. Para evitarlos, en la medida de lo posible, se deben tener en cuenta las recomendaciones asociadas al estilo de vida", expresaron desde la SNA, al tiempo que detallaron que los principales consejos son:

* Consultar al médico: el profesional sabrá si es recomendable un tratamiento preventivo o no, y qué medicación utilizar. Por ello se recomienda su visita en casos de cefaleas recientes; si hay un dolor nuevo sumado al anterior; si la cefalea previa cambia de frecuencia o intensidad; si se siente como el peor dolor de la vida, si a la cefalea se agregan uno o más síntomas (problemas en la visión, la fuerza muscular, la sensibilidad, dificultad para hablar, vértigo, etc.); frente a la necesidad de ingesta de más de cuatro analgésicos en el mes para controlar el dolor de cabeza y si el dolor es desencadenado por esfuerzos (actividad física, sexual, tos, etc.).

* Actividad física: es un desencadenante de cefalea en algunas personas con migraña. Sin embargo, en otros casos puede representar un beneficio. Llevar una rutina siempre es recomendable.

* Manejo del estrés: distintas técnicas de relajación practicadas diariamente como respiración diafragmática, relajación muscular progresiva, biofeedback, mindfulness entre otras han demostrado disminuir los días o la gravedad de la migraña.

* Llevar un registro de las cefaleas: controlar las características de los ataques, su evolución, la respuesta al tratamiento y los desencadenantes es recomendable. Existen varias aplicaciones que facilitan el registro. Una de ellas es "Migrainebuddy" que permite registrar tiempo, frecuencia, intensidad y desencadenantes de la migraña.

* Regularización del sueño: se recomiendan períodos regulares de sueño. El exceso o privarse de sueño por periodos prolongados puede ser desencadenante de cefaleas.

* Llevar un buen control de enfermedades asociadas: la depresión, la ansiedad y la obesidad pueden asociarse a un empeoramiento de la migraña, tratarlas adecuadamente disminuye la recurrencia de las crisis.

* Alimentación: es importante evitar los ayunos prolongados, comer cada tres o cuatro horas durante la actividad y mantener una hidratación adecuada. Hay que tener en cuenta si el episodio de migraña se asoció a algún alimento, alcohol, cafeína se debe suspender su ingesta en otras oportunidades.

* Abuso de medicación: el uso excesivo de analgésicos se asocia a las crisis de migraña. Se define de esta manera cuando se toman analgésicos simples más de 15 días al mes de forma continua o más de 10 días de ergotaminas, triptanes o fármacos analgésicos combinados, en ambos casos por tres meses o más, existiendo una relación directa entre el uso excesivo de medicación y el empeoramiento del dolor.

La Prensa

Cefalea Patología Sin Diagnóstico
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