Minutos antes de las 17, una ambulancia salió del HZE para llevar a Mariano La Torre hasta el Aeropuerto. Permanecerá bajo atención médica.

Dos personas sobrevivieron al accidente sufrido por un avión sanitario anoche cuando intentaba aterrizar en el Aeropuerto de Esquel. Uno de ellos es el piloto, Mariano La Torre, quien hasta hace pocas horas se encontraba en terapia intensiva del Hospital Zonal de Esquel. Su estado sigue siendo delicado, pero no se encuentra tan complicado como el copiloto, Martín Gamboa, que según la información brindada por el director del HZE, Sergio Cardozo, está "muy grave".
Recordemos que el avión arribaba a la ciudad para buscar a una niña que debía ser trasladad con urgencia. Vale decir que de acuerdo a las averiguaciones concretadas, las 16:00 hs. la familia de la pequeña Jazmín -de 3 años- logró llevarla finalmente hasta Buenos Aires en otro vuelo sanitario. Ella padece una cardiopatía congénita, hidrocefalia y Síndrome de Down.
Gustavo, el padre de La Torre y dueño de la empresa propietaria del avión siniestrado, viajó hoy hasta Esquel acompañado por un equipo médico del Hospital Austral de Pilar, provincia de Buenos Aires. Junto con los médicos de Terapia Intensiva del nosocomio de nuestra ciudad determinaron que el hombre estaba en condiciones de soportar un vuelo sanitario para continuar internado más cerca de su hogar.

A las 16:50 la ambulancia salió del Hospital Zonal de Esquel para llevar a La Torre hasta el Aeropuerto de Esquel donde esperaba un avión sanitario que llevará a Buenos Aires al herido, junto a su padre y al equipo médico que lo acompañó.

El trágico accidente dejó como saldo dos víctimas fatales: el médico Federico Bassi y el enfermero Patricio Walmsley.
Las causas del siniestro aún no están determinadas con precisión y para hacerlo arribaron hoy a Esquel investigadores de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST), que realizarán diversas averiguaciones. Se espera que en 48 horas tengan un informe preliminar. Hasta el momento, se sabe que el importante banco de niebla que había en la zona hacía casi nula la visibilidad, algo que lógicamente complicó las maniobras de aterrizaje.