Un albañil de Río Gallegos está siendo juzgado por aberrantes hechos de abuso sexual que habría cometido contra su hija de 12 años desde el 2016 hasta el año pasado.
De acuerdo a la información recabada por Santa Cruz en el Mundo, todo comenzó tres años atrás en el interior de una casa ubicada en el B° Belgrano de la capital santacruceña.
Allí, fue el lugar donde se cometieron vejaciones contra una nena de 12 años que tiene como acusado a su padre, un hombre de 36. Según confesó en el juicio de hoy, cuando él se encontraba bajo los efectos del alcohol, violaba a su hija. Además de mostrarle pornografía a la menor.
En la vivienda solamente estaban los hermanos de la nena debido que, tiempo atrás, su madre había abandonado la casa luego de denunciar por violencia al hombre hoy acusado de violación.
La causa llegó a la Cámara como “abuso sexual agravado por el acceso carnal, agravado por la ascendencia y por la guarda, por ser en reiteradas oportunidades y por reproducción de pornografía infantil”.
El hecho fue denunciado a mediados del año pasado por una de las tías de la víctima que, además, es hermana del agresor sexual. La tía supo del calvario que sufría su sobrina, luego que una amiguita de ella le contara sobre las cosas que le hacía hacer su padre.
Durante el debate de esta jornada, el hombre que trabajaba en la construcción fue sentado en el banquillo de los acusados y reconoció los hechos aunque sin entrar en demasiados detalles, indicaron fuentes judiciales a este medio.
Como la declaración no fue lisa y llana, el juicio no fue abreviado y comenzaron a pasar los testigos por el recinto de la Cámara Oral.
Tras los testimonios de las tías de la víctima se dieron a conocer los alegatos y pedidos de pena para el acusado. El primero en dar sus fundamentos fue el fiscal Dr. Iván Saldivia, quien mantuvo la calificación de los delitos con todos sus agravantes y pidió la pena de 14 años de prisión, de acuerdo a lo que establece el Código Penal.
Por su lado, el abogado del albañil, Santiago Lozada, solicitó la pena mínima para su pupilo, de ocho años de prisión, entendiendo como atenuantes la edad de su defendido, la falta de antecedentes penales y que, al momento de cometer los delitos, se encontraba bajo los efectos del alcohol. La sentencia se conocerá el próximo viernes.