Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido

Click aquí para activar las notificaciones y recibir las noticias directamente en su escritorio.

Policial

Desapareció cuando tenía dos años y medio, un anónimo dijo que vivía en Caleta Olivia: “Queremos creer que es Jorge,  mi hijo”

Compartir: Enviar Imprimir

Así, lo dijo su padre con profunda emoción. Un llamado anónimo renovó las esperanzas para la familia Lagos de Mendoza. Desde 1985 están buscando a Jorge Luis, quien el próximo 6 de febrero cumplirá 38 años. Después de 36 años los Lagos renovaron las esperanzas de volver a ver a su hijo.
La mamá es Norma Gladys y el papá es Jorge Tomás, ellos con sus hijas Roxana Soledad, Dora y María, son la familia mendocina que tras 36 años de búsqueda hace unos pocos días volvieron a revivir la posibilidad de encontrar al niño, hoy, un hombre que estuvo perdido o alejado de ellos, por esas raras circunstancias de la vida, que la historia, develará o no, con el paso del tiempo.

Los padres de Jorge Luis.
Los padres de Jorge Luis.

Santa Cruz en el Mundo se comunicó con Dora, quien es la tercera en el grupo de hermanos y es la que aún no ha podido conocerlo ya que su mamá estaba embarazada de ella, cuando Jorge Luis desapareció de una finca.
Era noviembre de 1985, y se festejaba un cumpleaños en una finca de El Pastal en la localidad de Lavalle, provincia de Mendoza, “era la fiesta de un primito. Mi mamá embarazada, papá, mi hermana mayor y Jorge que tenía 2 añitos y medio, asistieron el día anterior para pasar unos días con mi tía”, contaba Dora, para sostener que “era todo normal, como una celebración en el campo, al aire libre, los niños jugando, todo era felicidad. Todo según me contaron mis padres, porque yo recién nací al año siguiente en marzo”.
Dora amplió y contó específicamente cuándo fue que su hermano se perdió. “Ya era hora de cortar la torta y mi mamá como las otras madres presentes fueron a llamar a sus niños que jugaban afuera, pero Jorge no apareció. Nadie había visto donde estaba o que le había pasado”.
El festejo fue temprano y Jorge desapareció entre las 14:30 y 14:45 horas del 18 de noviembre de 1985. Èl era chiquito, “con ojitos color miel, con su pelito con un poquito de rulitos y había nacido con una particularidad, en la mano derecha, tenía seis dedos, como con dos meñiques”.

Las hermanas de Jorge Luis.
Las hermanas de Jorge Luis.

Ese día “mi papá dejó la finca para ir a ver un trabajo y no estaba a esa hora, minutos antes se había ido. Luego le avisaron lo que pasaba y volvió rápidamente”.
La familia buscó al niño día tras día, recorrieron la finca y las zonas cercanas; la policía se movilizó con perros y rastrillajes por la zona, pero no apareció y los rastros se fueron borrando, porque encima llovió al día siguiente. “Cayó un gran aguacero”, recuerdan.
Dora dijo que había ciertas sospechas pero la Justicia las desestimó o por lo menos no las tuvo en cuenta.
Jorge Tomás y Norma Gladys nunca dejaron de buscar a su hijo, y retornaron a Palmira de donde eran oriundos. La familia insistió en la búsqueda, incluso fue a la televisión al programa Gente que busca gente, pero no lo encontraron.

El llamado de Caleta Olivia

Ahora, el llamado de teléfono que trajo una esperanza fue hace unos días, entre Navidad y Año Nuevo. “Nos dijeron: el niño que ustedes buscan esta en Caleta Olivia, cómo se llama ahora y algunas cosas de su personalidad. Era una mujer que se comunicó”, afirmó Dora.
La otra voz en el teléfono no se dio a conocer y solamente respondió algunas preguntas que la desesperada hermana consultó para luego cortar abruptamente la llamada.
“Me dijo que mi hermano está ahí, en Caleta Olivia, que se llama Carlos Ignacio, que tiene tres hijos: dos varones y una nena y nunca se operó su manito”.
Ese llamado se produjo entre las fiestas y alimentó las ilusiones de una familia que en silencio siguió buscando a su hijo a pesar de los años que han pasado.
En la entrevista Don Jorge Tomás también habló con nosotros, recordó aquel momento en que perdió a su único hijo varón, relata los hechos con total precisión y con honda sensación de querer retroceder en el tiempo y evidenciando mucha emoción en su relato.
Ahora, con esa comunicación que la familia recibió le consultamos qué pensaba y casi con una voz quebraba respondió “claro que sería una gran felicidad”, y el silencio en la línea fue comprensible para entender que sentía el papá hoy. “Nosotros queremos creer que esto es real y a nosotros nos devolvió la felicidad de poder volver a encontrarnos con nuestro hijo” resumió Don Jorge.

La familia Lagos y un llamado Buscan a su hijo Un llamado anónimo revivió las esperanzas
Compartir: Enviar Imprimir

Teclas de acceso