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Policial

Denuncia de abuso de autoridad: “No le deseo a nadie lo que me hicieron”

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Foto PD Digital.
Foto PD Digital.

Un vecino de Puerto Deseado habría sufrido golpes y torturas, es lo que denunció por la mañana de hoy en la fiscalía. La situación se viralizó inmediatamente ya que las fotos de cómo había quedado el cuerpo señalaban la brutal paliza que recibió.

Se trata de un hombre conocido en la localidad portuaria, Federico Alejandro Bonina de 38 años, esta persona relató por sus propios medios lo que vivió, esto lo hizo a través de una entrevista brindada al medio local PD Digital, ahí, dijo que “estoy traumatizado todavía y dolido. Fue una tortura por parte de la policía que no entiendo, no sé porque se la agarraron conmigo. Tengo la cara lastimada, todo el cuerpo y la planta del pie llena de moretones. Hicieron cosas inhumanas, las cuales no se lo deseo a nadie”.

Vale sostener, que mientras la víctima hablaba por redes sociales, un grupo de familiares y vecinos realizaban una quema de cubiertas frente a la comisaría local. Allí fueron recibidos por el comisario Nito Mellado, quien explicó los pasos legales que se siguen desde la dependencia.

Siguiendo la descripción de los hechos y consultado Bonina cómo se dieron los mismos, describió que “me encontraba el día viernes a eso de las hora 20:00 en el barrio conocido acá como La Favela, luego pasada la hora, en El Mr. Hugo (local) comienza un baile frente a la casa de mi amigo. Decidimos ir, ya era como las 11:00 de la noche, tomamos una cerveza no había nadie en el baile. En el transcurso de la noche fui comprando vasos de Fernet, y me lo vendían sin problemas., yéndome a tomarlo a mi mesa. Ya en la tercera vez que me paro para comprar otro, me venden el Fernet y hago dos pasos, cuando un muchacho de seguridad me dice que me tenía que ir del lugar y en eso que me dijo eso, le pregunto por qué?. Entonces le digo que voy a buscar a mi compañero y fue en ese momento que me arrebata el vaso y ya junto a otro de seguridad me sacan para afuera a los empujones. Una vez afuera como que me tiraron a un auto y yo me quise poner erguido, pero eran 3 hombres muy altos, moles de seguridad. No iba a dejar que me pegaran, yo atino a agarrar una piedra y rompo un vidrio del local. Y salgo corriendo para La Favela nuevamente a la casa de mi amigo”.
“Se escucha –siguió contando- que uno de los de seguridad decía está adentro, para allá se fue. Entonces veo que era la policía en un pasillo y me sacan entre varios. Me esposan y piña va y piña viene, me suben a la camioneta, se dirigen a la comisaría”, dijo para agregar que “en la casa tuve una discusión con un conocido amigo, pero fue solo de palabra por el tumulto que se había generado”.
Bonina siguió diciendo que “apenas me subí a la camioneta me decían que me iban a matar, y por los golpes ya se me había cerrado un ojo. Se turnaban para pegarme. Se reían, mandaban mensajes, yo los escuchaba. También siento que con un palo me querían tocar las partes íntimas, el ano; y ahí fue que yo no me dejé y me di vuelta alcanzando a ver la cara de los policías y a una mujer policía de la que no tengo bien su cara pero estaba. La señora resulta que después me pegó con el palo en la planta de los pies. Cuando los veo a los hombres, se escucha que dicen ahora hay que matarlo porque nos vio la cara. Era la cachiporra con la que me pegaron”.
“Me sacaron las zapatillas y me tiraron al suelo, la señora me agarró los pies y me pegaba en las plantas diciéndome ´vos te vas a morir´. También me dijeron que me iban a atar unos bloques en el cogote y me iban a tirar a la ría”.
“Para mí esto fue como a las 2:30 de la mañana, me estaba pasando esto en el pasillo de la comisaría, en el calabozo no fue porque había dos detenidos, que esos detenidos igual se quisieron meter porque escuchaban que yo pedía ayuda. Hay uno que pateó la puerta, como que dijo que me dejen de pegar, entonces agarraron y se metieron al calabozo y se escuchó que les decían ustedes no se metan. Luego de eso me volvieron a pegar, garrotazo otra vez. Me pisaban los pies, la cabeza, las piernas, eran chicas”.

Luego “me llevan al hospital y como me tuvieron que llevar en andas entre dos, porque yo no podía caminar, con mi cuerpo rompen un vidrio, por lo que me culpan de eso y me regresan a la comisaría de nuevo a pegarme, uno primero y al rato el otro con un palo. Las policías me tiraban agua y me agarraban de la cabeza para darme, me pegaban en los ojos para que no los abra. Yo les decía violadores”.
“Ellos me seguían amenazando; que yo iba a parecer en la laguna Chiquichano o que me iban a meter un balazo en la cabeza, no tenía que decir nada de esto”.

Ante la consulta periodística si había tenido una disputa con la policía respondió que “no, yo igual he tenido causas, he pagado todos los errores que he cometido, yo ahora estoy tratando de formar una familia, se ve que ahora no tengo el permiso de sentarme en una mesa en un local como una persona normal. Lo que si soy una persona que se defiende cuando me quieren agredir, lo reconozco”.

“Ya eran las 05:00 de la mañana y vuelven a llevarme al hospital, en eso que me van sacando de la comisaría escucho que uno de los que me pegaban, me dice que me tiraban a la ría. Ahí pensé que me iban a matar. Yo forcejee y el policía con la cachiporra rompe el vidrio de la camioneta y ahí tampoco llegue al hospital, de vuelta a la comisaría”.

“Otras vez me pegaron en las patas, y me echaban agua fría, me pegaban y me pegaban, me desmayé. Me desperté cerca de las 08:00 de la mañana en el hospital. Me agarré del tubo de oxigeno y le decía al doctor que no deje que me lleven, ahí fue que me vuelven a amenazar, quedando internado”.

“Yo nunca sufrí una tortura tan salvaje, ni la peor persona si se mando una cagada merece que lo traten así. Hoy yo lo tengo que contar para que no le pase a nadie más”.

“Volví a las 7 de la tarde a mi casa del día sábado sin poder caminar, sin poder bajarme de un auto. Tenía los ojos cerrados recién los abrí el domingo”.

“Todavía no fui a buscar mi billetera que tenía plata, mis zapatillas, mi reloj, espero que las tengan porque me las sacaron en la comisaría”.

“La denuncia ya la hice en la fiscalía, hablé con una forense de Pico Truncado y ella me dijo que ya pasó la causa a Prefectura”.

“Los abogados de Puerto Deseado, Caleta Olivia, y Comodoro Rivadavia ninguno se quiere involucrar, conseguimos uno que me cobra 1 millón de pesos“.

“Puedo identificar a dos policías”.

Para finalizar, mostró finalmente las marcas en las muñecas de las “esposas donde estuve toda la noche esposado”, golpes en la espalda, brazos y en las piernas.

Puerto Deseado denuncia Abuso de Autoridad
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