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Policial

Caso Gutiérrez: Habla Pedro Monzón, uno de los imputados

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Es la primera vez que un detenido en esta causa tiene contacto con la prensa. Un recorrido por su vida antes de estar en prisión y la noche en la que todo cambió.


Pedro Nicolás Monzón tiene 20 años, a los 18 quedó privado de su libertad imputado por el crimen de Fabián Gutiérrez al igual que otros dos jóvenes de la localidad. Ya lleva 23 meses alojado en la comisaría primera de la localidad de El Calafate y el delito que se les atribuye es el de homicidio doblemente calificado por ensañamiento y alevosía.


El caso conmocionó a la localidad y alcanzó proyección nacional por la violencia ejercida en su muerte y el protagonismo de la víctima que fuera secretario privado de Cristina Fernández de Kirchner cuando ocupara la presidencia de la Nación.

Los imputados, quienes ingresaron a su casa y tras su muerte trasladaron el cuerpo a otro domicilio para ocultarlo, buscaban, según la hipótesis, apropiarse de una cifra importante de dinero que, consideraban, podría tener escondida.


Después de varios meses de gestiones ante la justicia y con el consentimiento de su abogada defensora, se pudo destrabar la autorización para que Monzón finalmente hablara con la prensa. Carta Abierta de El Calafate tuvo la oportunidad de conversar con él en sede policial durante algo más de treinta minutos.


Paradójicamente, el encuentro se produjo en el mismo ámbito donde estuvo detenido al inicio del caso y hoy es una oficina que cuenta con escritorio, una silla, biblioteca y un pequeño sillón de dos cuerpos.


Pedro ingresó acompañado de su abogada, la Doctora Carolina Soledad Scamperti. No estábamos solos: la condición era que un policía acompañe o en su defecto, dejar la puerta abierta y que el agente designado se apostara en el pasillo. Para salvaguardar el audio de la entrevista optamos por la primera opción aún a riesgo que esa presencia pudiera ser un condicionante para el detenido.
Saludó, se preocupó por la falta de sillas para nosotros, las solicitó y recién luego de eso preguntó dónde se ubicaba y se dispuso a conversar.
El tamborilleo de sus dedos sobre el escritorio al inicio del diálogo demostraba algo de nerviosismo pero preguntado al respecto lo calificó de ansiedad. No era para menos, por primera vez iba a estar con alguien que no fuera de su entorno familiar o legal y además, periodista.

¿Cómo era tu vida antes de aquella noche?
“Siempre acompañado de mis padres y de mi hermanito más chico, Pablo. Le llevo un año y medio y no teníamos mucha relación porque somos bastante distintos en personalidad. Estudiaba, practicaba judo, transitaba mi vida dentro del sistema. Tengo en El Calafate a mi tío Juan y toda mi familia vive en el Chaco, vinimos acá hace aproximadamente 15 años”.

¿Por qué vinieron?
Antes de responder baja la cabeza, sonríe con un dejo de tristeza, pero a la vez, de ironía. “Con la finalidad de una mejor vida, Chaco está considerada una de las provincias más pobres del país y ellos habrán visto algo que nosotros al ser tan chiquitos no veíamos”.

¿Qué significó el judo en tu vida?
“Practiqué judo más de diez años, cada vez que entrenaba o estaba en un torneo me generaba felicidad, gracias a esa formación todo este tiempo pude transitarlo con muchísima paciencia, un don de Dios que no todos poseen y a mi Dios me lo transmitió por el judo”.

¿Cuáles eran tus sueños?
“Alcanzar un nivel terciario en una carrera que me guste, ser profesor de educación física, pero el destino nos cambia todos los planes. Había empezado algo, ya detenido cursé un año pero ahora no sigo”.

¿Qué pasó?
“Inconvenientes burocráticos, judiciales, protocolares, yo no podía asistir a clases que requerían presencialidad, pero eso no va a limitarme a que yo siga buscando mi sueño”.


Monzón terminó el secundario en prisión
Egresó en diciembre de 2020

La entrega

Esa vida que relata se hizo añicos la noche del homicidio de Fabián Gutiérrez. El abanico de posibilidades se redujo a unas pocas opciones y de ellas eligió someterse a la Justicia de manera voluntaria.

“Yo ingresé solo, caminando, sin esposas, sin acompañamiento de ningún policía, esa es la verdad. Yo soy Monzón Pedro dije, y ellos ya sabían porque estaban mis compañeros, los otros imputados”.

¿Hubo acompañamiento familiar?
“No, porque no se lo había transmitido ni a mi papá, mi mamá ni a mi hermano. Creo que pasaron dos días hasta que pude ver a mi papá. Fue un error no haberles dicho a ellos, en cualquier casa hay que generar un vínculo de confianza al cien por ciento”.

¿Y por qué no lo hiciste?
Sonríe, hace una pausa y responde: “Creo que porque no quería preocuparlos tanto, ellos llevaban una vida tranquila, yo ya tenía 18 años. Me creía vivo y me decía bueno, no les cuento, son problemas míos, cuando al fin y al cabo son las personas que estuvieron y creo van a estar siempre conmigo”.

¿Cómo vivieron el proceso?
“Son personas que están constantemente ofreciéndome ayuda, apoyo emocional, económico. Mi hermanito es el que me graba la música en una memoria para que yo la pueda escuchar en mi parlante. Yo lo llamo y le digo ¿Me descargaste la música? ¡Uh que pesado! si lo hice, me responde.
Los veo dos veces por semana gracias a Dios. Cuando pasó lo nuestro yo estuve siete meses sin verlos formalmente en lo que serían visitas. Cuando me trasladaban al sicólogo ellos me esperaban en la puerta y lo hacen hasta el día de hoy, siguen firmes haga frio o calor”.

La noche del crimen

Al hablar de los temas relacionados con lo que pasó en aquella jornada, las pausas se hacen más prolongadas, las palabras se pronuncian con mayor recaudo y las miradas hacia su abogada se reiteran como a la espera de aprobación.
Se cuida mucho de dar nombres, habla de los otros detenidos mencionándolos como imputados, quizá con el temor de alguna consecuencia legal por sus dichos.

¿Cómo te involucraste en el hecho?
“Obligado”.

¿Por qué?
"Yo entré en estado de shock y a mí me paralizó totalmente la situación en la que me encontraba presente. Vamos a aclarar que muchas personas con las que también me he cruzado me han preguntado por qué no me fui como están los otros morbosos que preguntan qué pasó. Yo ese día me encontré bajo presión, obligado a permanecer”.


¿Has tenido sueños o pesadillas relacionados con esa noche?
Mira nuevamente a su abogada y en esta ocasión pregunta si puede contar sus sueños, recibe una aprobación y comienza a hablar. “Si, son sueños pacíficos en los cuales la persona damnificada en mi causa (tampoco la nombra como antes lo hizo con los otros imputados) no me ha transmitido que el problema era directamente conmigo a raíz de que yo no lo lastimé, no tuve intención de lastimarlo. En ningún momento yo lo toqué, me entendés?.

¿Crees que va a ser sencillo demostrarlo en el juicio cuando alguno de los otros imputados puede señalar lo contrario?
“Desde mi punto de vista se está dando todo de una forma correcta lo cual me hace creer en la Justicia. Yo colaboré desde el primer momento, presté consentimiento para muchísimas pruebas, careos, reconstrucción de hechos, indiqué donde había muchísimas pruebas, donde estaba el cuerpo, eso lo hice consciente que yo no soy culpable de la muerte.
Mi verdad es la única verdad, existen millones de estrategias judiciales que se dan en todos los casos en un plan de defensa así como la querella presenta su parte. Nosotros estamos bien con mi abogada trabajando a full en cómo se tiene que dar el juicio, apostamos a que se dé todo de la mejor manera posible”.

¿Cuál sería tu verdad?
“Yo como mis compañeros de causa que son jóvenes también nos hemos encontrado con el último día y el principio de una nueva vida. Yo no estaba consciente de la magnitud del problema en el cual estaba metido y es por eso que entré en un shock. El motivo real es que falleció una persona, yo a esa persona no la conocía ni por nombre, a uno de los imputados tampoco lo conocía personalmente, si de nombre.
Falleció una persona y ninguna persona merece morir de esa manera. Ojalá a todos nos toque ir de forma natural pero este tipo de cosas que a uno le tocan transitar nos deja una marca de por vida”.

¿Por qué utilizás la palabra compañeros al referirte al resto de los imputados?
“Eso a veces a mí también me incomoda decirlo pero es algo que me sale así porque en el mundo de los detenidos cuando hay dos o más imputados se dice compañeros”.

¿Te vinculaba una relación laboral o una amistad con tu jefe?
“Con él tenía una relación más laboral, si bien se pudo haber generado una especie de amistad la cual ya no existe. Yo me vinculé laboralmente con él porque estaba de novio con su prima, empecé a conocer a la familia, me encontraba fuera del sistema educativo por el tiempo de pandemia en el cual las cosas se pusieron bastante duras y yo tuve que salir a buscar también el pan de cada día. Fue un lapso corto, que a él le llevó a creer que yo era su mejor amigo. Hoy estoy muy convencido que fui realmente usado”.

¿Cómo llegás esa noche a ese lugar?
“Yo llego engañado”.

¿Por qué?
“Porque lo que me transmitió esta persona es que era por un fin laboral”.

¿Cuál era tu actividad corriente cuando trabajabas con él?
“Venta de autos, nosotros buscábamos vehículos en muchísimas casas, conocíamos a muchos empresarios”.

¿Y vos pensaste que ibas a hacer qué a ese día y a esa hora?
“Pensé que íbamos a buscar algunos vehículos, motos, cuatris lo que fuere, todo lo que tenga ruedas en ese momento estaba a la venta. Ese día yo llego con uno de los imputados, primero ingresa él como para decir genero confianza en el otro, ese otro soy yo, y después ingreso con la señal de confianza”.

- ¿No hubo chance de vuelta atrás?
“La chance de vuelta atrás estuvo, pero la intimidación de las otras partes fue mayor”.

¿Por colaborar con la Justicia te sentís en peligro, temés represalias?¿Has tenido contacto con ellos?
“Uno de los imputados me ha enviado papeles escritos con la finalidad de convencerme a mí de lo que yo tenía que decir, que era una versión que él estaba armando. La verdad es que hay una sola verdad, que es la que nos va a sacar a todos nosotros de esta, a mí, a mi familia y a mi abogada”.

¿Eso se ha incorporado a la causa?
“Si, inmediatamente, apenas sucedió”.

¿Qué deseas que pase y qué esperás que pase en la justicia?
“Creo en la justicia plenamente y deseo que se me de la libertad inmediata después del juicio, a raíz de todas las cosas que yo aporté, como yo me presenté voluntariamente desconociendo el sistema. Tenía 18 años, nunca había estado en problemas judiciales ni con la policía, eso es lo que yo deseo.
Y lo que pienso que se pueda llegar a dar es que se me dé un cambio de carátula como corresponde porque me están juzgando como coautor y yo no lo soy, conlleva la misma pena y eso es solo para el autor. Soy una persona que se encontró en una situación en la que había una persona muerta”.

¿Ya estaba muerta esa persona?
“Ya estaba muerta, muchísima sangre en el lugar y me encontré obligado a limpiar, entendés? Eso es todo”.

¿Crees que el juicio será una oportunidad para que lo que deseas suceda?
“Completamente, es nuestra chance, van a haber otras porque mi abogada va a jugar hasta la última carta presentando apelaciones para que se dé lo que nosotros estamos buscando, que es Justicia.
Todo lo que yo aporté hasta ahora, es todo lo que tenía para decir desde un principio, no tengo nada guardado si es que así lo creen algunos, la verdad está puesta sobre la mesa y lo único que queda es armar bien el rompecabezas”.

¿Qué le dirías a la mamá de la víctima?
“Yo le diría que me perdone por no haber tenido la oportunidad de hacer algo por su hijo. A ella, familiares, colegas, amigos, les diría que no ha pasado un día en el que yo no he pensado y reflexionado en lo que pasó”.

¿Si pudieras volver atrás qué harías?
“Me posicionaría siempre haciendo deportes y con mi familia, con la fe que los sueños se cumplen. Y ese día del hecho tan aberrante y violento me iría, completamente decidido a irme, estar con la cabeza más fría, escaparme del miedo, el miedo lastima más que las balas, más que todo. Me escaparía del miedo y buscaría ayuda inmediata para evitar lo que estaba pasando”.

Pedro Monzón pasa hoy sus días escribiendo letras de canciones con temáticas sociales y de amor. No tiene novia pero pone en valor la presencia de una amiga que lo acompaña emocionalmente, quien le dijo en alguna ocasión que el amor lo puede todo y lo quiere todo siempre y cuando esté vivo, y en ello se apoya. Entrena todos los días, beneficio de su paso por el judo, e interactúa con el resto de los detenidos en la misma comisaría a quienes trata de transmitir tranquilidad en el contexto de encierro.


El Juez, Dr. Carlos Oscar Narvarte firmó meses atrás la elevación a juicio oral de los tres jóvenes y se espera que en el segundo semestre del año, antes de la segunda feria judicial de mediados de diciembre, los acusados deban presentarse ante la Cámara Oral.


Pedro Monzón decidió hablar con la prensa por fuera del expediente. El resto de los imputados, ¿Contarán su versión de los hechos más allá de lo que se registra en la causa?.

Fuente: Carta Abierta - Fernando Goyanes
entrevista Imputado habló con la prensa El Calafate
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