Una joven empleada de comercio mutiló parte de la lengua a un individuo, y con ello evitó la peor parte del abuso sexual que el sujeto había comenzado a imponer por la fuerza. El hecho sucedió cuando la víctima intentaba cerrar el negocio y retirarse de su trabajo, en la localidad santiagueña de Quimilí.
El grave ataque fue perpetrado el 25 de abril, pero recién adquirió trascendencia ayer porque el fiscal Martín Silva solicitó la prisión preventiva para el acusado, quien terminó con grave lesión en la lengua. El ataque se registró después de las 22 en un local céntrico. Mientras la protagonista apagaba las luces y procuraba cerrar, se presentó un joven vestido con capucha y gorra.
"Vendeme unas zapatillas. Mañana debo viajar y las necesito", habría solicitado. En vano, la empleada respondió que ya estaba cerrando. "Por favor, preciso las zapatillas", insistió el sujeto.

La jovencita habría accedido para venderle el calzado, pero el desconocido aprovechó para empujarla y tomar control de la zapatillería.
Violento, la agredió a trompadas y la condujo a un sector alejado de Ventas. Allí, la habría manoseado en todo el cuerpo. Mientras la manoseaba por dentro de la ropa, también comenzó a besarla. Ello fue propicio para que la desesperación de la víctima encontrara una salida para evitar lo peor. En milésimas de segundos, la víctima le mordió con tanta fuerza la lengua que arrancó parte de ella al delincuente.
El dolor doblegó por un instante al abusador. Comenzó a sangrar profusamente, pero de nuevo recuperó el control de la situación y empujó a la damnificada al sector de las cajas con la intención de que abriera las cajas y le entregara la recaudación.
Pero jamás la empleada se dio por rendida. Aún sollozante y con miedo, enfrentó otra vez a su verdugo y con ello hizo que desistiera de apoderarse de la recaudación. El sujeto "manoteó" el celular de la joven y salió corriendo del comercio, mientras ella quedaba paralizada, asqueada, y con mucha sangre en la boca y su vestimenta.
Urgente, un particular vio salir al delincuente y alertó a la policía. La Departamental 12 envió a sus hombres y a personal de la División Robos y Hurtos. Los investigadores tomaron fotografías y encontraron y secuestraron el pedazo de la lengua seccionada al ladrón.
En menos de diez horas la policía identificó al atacante. Al día siguiente, los policías se presentaron en su casa y secuestraron el celular sustraído a la joven.
La exposición del hecho fue tal que un vocero del hospital local alertó a los funcionarios, porque en ese instante, en el centro de salud, estaba siendo asistido un paciente que había sufrido extrañas lesiones en la lengua. Así, ni bien le fue suturada la herida, el salvaje individuo fue esposado y conducido al calabozo.
Fuente: El Liberal