La Cámara de Diputados de la Nación comenzará a debatir este martes el postergado proyecto de ley para crear el Aporte Extraordinario a las Grandes Fortunas que gravará por única a unas 12 mil personas más ricas de la Argentina. En medio de la fuerte resistencia que despertó en los sectores más concentrados de la economía la iniciativa de los diputados del Frente de Todos Carlos Heller y Máximo Kirchner, la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) puso en números concretos el impacto positivo social que podría tener la medida.

De acuerdo a la Undav, con lo que se recaudaría con este impuesto por única vez se podrían construir 5.622 hospitales modulares, se podrían pagar 20,8 millones de IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) y 12,3 millones de jubilaciones por mes.

El aporte solidario extraordinario creado para hacer frente a la crisis económica heredada del gobierno de Mauricio Macri y agravada por los efectos de la pandemia de coronavirus Covid-19 solo alcanzaría al 0,04% de la población adulta y al 0,08% de la población económicamente activa.
Apenas 12 mil personas estarían alcanzados por el impuesto y le reportarían al Estado una recaudación estimada en 300 mil millones de pesos.

Frente a los detractores de la medida, la Undav destacó en su informe que "funcionaría como una escala adicional para el impuesto a los bienes personales, cuyo peso en la recaudación total ha caído en los últimos cuatro años, quedando la estructura tributaría argentina con una matriz más regresiva".
En este sentido el informe resalta que "la estructura impositiva argentina en el período 2016-2019 se volvió más regresiva. Los clasificados como más regresivos (por ejemplo, el IVA) aumentaron su participación en el total recaudado en 4 puntos porcentuales (p.p.). Por otro lado, los impuestos muy progresivos redujeron su participación en 2 p.p., mientras que, por su parte, los progresivos descendieron 1 punto porcentual".

El informe echa por tierra además la tan extendida como infundada idea de que la carga tributaria de la Argentina se encuentra entra las más altas del mundo. Según consigna la Undav, "la presión tributaria argentina (del total de impuestos) se encuentra por debajo del promedio de los países de la OCDE".
También desactiva las supuestas motivaciones políticas que se esconderían detrás de la medida. "Un tributo de estas características no es meramente una idea local: en diversas latitudes se están barajando impuestos extraordinarios ante situaciones extraordinarias y siempre con un criterio de justicia distributiva. Es decir, con altos mínimos no imponibles, de modo que solo alcance a los sectores sociales más pudientes. El abanico es amplio y abarca países latinoamericanos como Chile o Perú hasta Suiza o Italia", destacó la Undav.

Y señala que "suelen presentarse algunas frases como ciertas en relación a este tipo de tributos, como el hecho de que los impuestos a la riqueza tienen a desaparecer en le mundo o que son un desincentivo a la inversión privada. Lo cierto es que las principales potencias del mundo tienen la misma proporción de estos impuestos desde el año 2000 y los países de la OCDE no muestran relación alguna entre quienes mayores impuestos a la propiedad gravan con la inversión corporativa de estos países".