
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) encabezará este jueves una marcha en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, en reclamo de mejoras salariales y en repudio de despidos en un conflicto laboral de Ternium. Tras la falta de acuerdo con la patronal, los trabajadores de 52 empresas contratistas de la siderúrgica votaron el paro por tiempo indeterminado. El Gobierno dictó la conciliación obligatoria.
La marcha, llamada de "la dignidad" comenzará a las 12.30 e irá desde la portería de Ternium hasta la plaza principal de San Nicolás. Estará encabezada por el líder de la UOM, Abel Furlán, quien, ante una consulta de Ámbito, denunció que hace 13 meses empresas del Grupo Techint "se niegan a acordar paritarias porque rechazan actualizar los sueldos al ritmo de la inflación".
Según explicaron desde la UOM, la paritaria siderúrgica está abierta hace 13 meses porque los grupos reunidos en la Cámara Argentina del Acero rechazaron actualizar la paritaria de acuerdo a la inflación. "Muchísimos trabajadores perciben salarios por debajo de la canasta básica de la pobreza, y tienen que trabajar jornadas de 12 y 13 horas para subsistir", aseguró Furlán a este medio.
Ante la falta de acuerdo, más de 2.600 trabajadores de 52 empresas contratistas Loberaz, Casius, RM Seguridad Ambiental, Sijam, Dominion, SJG, Harsco y Testatec votaron un paro por tiempo indeterminado. Por su parte, esta semana la Secretaría de Trabajo de Nación, dictó la conciliación obligatoria. El conflicto está abierto y desde la UOM esperan poder destrabarlo tras la marcha de este jueves.
Lácteas al rojo vivo: cuatro gigantes al borde de la quiebra
SanCor, ARSA, Lácteos Verónica y La Suipachense enfrentan deudas millonarias, plantas paralizadas, cheques rechazados y miles de puestos de trabajo en riesgo. El impacto golpea de lleno al interior productivo.
En conjunto, reúnen más de 2.200 trabajadores directos, la mayoría con salarios atrasados, suspendidos o directamente sin tareas. El derrumbe no sólo amenaza la supervivencia de las empresas, sino también el entramado social y económico de las localidades donde están insertas.
La caída dramática de estas compañías se terminó de precipitar este año. La combinación de consumo en baja, costos de producción en alza, tasas financieras prohibitivas y problemas de gestión generó un cóctel explosivo que aceleró el derrumbe. En paralelo, el mercado lácteo se está reacomodando: las segundas marcas ganan terreno no solo por el retroceso de estas grandes firmas, sino porque resultan más accesibles para consumidores golpeados por la pérdida del poder adquisitivo.