El consecuente incremento en la cantidad de contagios diarios repercute en la ocupación de camas de terapia intensiva. Aunque, a diferencia de lo que fue la primera ola de coronavirus, el rebrote actual afecta a pacientes de menor edad, lo que deriva en que las internaciones sean más duraderas en el tiempo. De esto habló Juan Carlos Pendino, integrante de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.
“La situación nuestra en hospitales particulares y prácticamente en todas las terapias intensivas de Rosario y Santa Fe es casi de una ocupación total, tanto en efectores públicos como privados”, comenzó diciendo Pendino en diálogo con Buen Santa Fe.
Además, brindó precisiones en cuanto a cifras. “Cuando nos informan el número de casos positivos, uno debe calcular que el 5% de esos pacientes va a requerir terapia intensiva. Muchos de ellos van a requerir un control más estricto, van a necesitar un tipo de recurso humano y material muy especial. Hay una incertidumbre y preocupación muy marcada entre nosotros”.
También, se refirió a la dificultad de que los pacientes sean de menor edad. “Nosotros tenemos una población de entre 55 y 60 años en terapia intensiva. Independientemente de la edad, el tiempo de ocupación de terapia intensiva con pacientes graves puede llevar entre dos y tres semanas: es muchísimo”.
Por otro lado, enfatizó en las carencias que produce la falta de médicos intensivistas. “Ese punto es más que crítico: podemos tener camas, respiradores y medicación, pero si no hay quien atienda a esos pacientes, se hace difícil. No hay médicos intensivistas. Hay muy pocos. Cuesta mucho formarlos: es una especialidad poco buscada, poco atractiva para la gente joven desde muchas razones. Tampoco hay un número adecuado de enfermeros y kinesiólogos que se dediquen a la atención de pacientes críticos. Si hacemos una analogía futbolística: no tenemos jugadores”.
“No tiene sentido hablar de esto si uno no transmite a la sociedad lo que está pasando. Esto es una catástrofe sanitaria, lisa y llanamente. No hay vueltas. Lo que pasa es que se ve de los hospitales para adentro. La gente no la ve. No es un terremoto o tsunami. De alguna forma tenemos que transmitirlo. Atender estos pacientes es agotador. Es tremendo el cansancio físico, moral de todos los que atienden a estos pacientes”, agregó.
Y describió esto contando que “los familiares no pueden ver a pacientes, los informes son telefónicos, traumáticos. Es tremendo, no estoy exagerando. Cualquiera que trabaje en salud seguramente esté acordando con lo que estoy diciendo y hay que transmitírselo a la sociedad”.
“Las autoridades saben lo que tienen que hacer, ellos conocen la realidad. La sociedad también conoce la realidad, entonces la cuestión de la responsabilidad social es fundamental. Nadie puede negar esta situación: todo el mundo tiene que comprometerse y saber lo que tiene que hacer. Los epidemiólogos dicen que ahora estamos pagando las consecuencias de lo que pasó en Semana Santa. Todos sabemos lo que está pasando. Cada uno, desde donde estamos, debe tomar su responsabilidad”, cerró Pendino.