
La Argentina presentó nuevamente su reclamo ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) por la situación de Nahuel Gallo, suboficial de la Gendarmería Nacional, quien permanece detenido en Venezuela. El arresto de Gallo por autoridades afines a la dictadura de Nicolás Maduro generó inquietud en el ámbito diplomático regional, en particular entre los miembros permanentes del organismo. La reiteración del pedido en Washington, sede de la OEA, refleja la gravedad percibida por el ejecutivo argentino respecto a la situación del ciudadano.
Durante la sesión ordinaria de este jueves del Consejo Permanente de la OEA, Carlos Bernardo Cherniak, representante permanente de la Argentina, demandó la “inmediata liberación del ciudadano argentino Nahuel Gallo y de todas las demás personas ilegalmente detenidas”, según su declaración registrada en el acta oficial del organismo. En ese sentido, pidió que se garantice la integridad física y psíquica de los retenidos por las fuerzas del régimen de Maduro.
El diplomático insistió ante el plenario que Argentina considera arbitraria la detención y subrayó: “Demandamos el pleno respeto a sus derechos humanos, de conformidad con el derecho internacional y los tratados bilaterales existentes entre ambos países”.
Luego de exigir la liberación del gendarme argentino, Cherniak aprovechó la oportunidad para denunciar las “violaciones a los derechos humanos y el abuso de poder” por parte de Nicolás Maduro y recordó el fraude electoral perpetrado el año pasado. “El 28 de julio del 2024, el pueblo venezolano se manifestó masivamente a través del voto a favor de una alternativa democrática, elección que fue brutalmente ignorada transgrediendo el artículo 21 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, donde se consagra la voluntad del pueblo como la base de la autoridad del poder público”, consideró.
De esta manera, mencionó también “el asedio que sufrió la Residencia de la Embajada de la República Argentina en Caracas y el hostigamiento a los ciudadanos venezolanos que permanecieron allí asilados”, hechos que “contravinieron las obligaciones internacionales por parte de quienes se arrogan ilegítimamente el poder en ese país, y que ahora también recurren a la detención arbitraria de ciudadanos extranjeros, bajo acusaciones falsas e infundadas, enmarcadas en un plan sistemático de represión y terrorismo de Estado, cometiendo delitos de lesa humanidad”.
“Venezuela no está hoy en esta sala, como tampoco Cuba ni Nicaragua. Pero esta ausencia no nos debe confundir, porque sí están presentes los millones de voces de esas naciones hermanas, que nos interpelan en nombre de la libertad que les fue arrebatada, y que exigen que las respuestas a sus gritos de ayuda no sean la inacción ni el silencio”, concluyó su reclamo Cherniak.