María Eugenia Bitti, de 64 años, murió en un sanatorio de la ciudad de Santo Tomé a causa de un infarto, tras ser intervenida por una peritonitis, y en lugar de ser entregada a sus familiares, una equivocación la puso en manos de otras personas quienes en el mismo lugar perdieron un ser querido por coronavirus.
La confusión, que es investigada por el Ministerio Público de la Acusación de la provincia, surgió ayer, cuando los familiares de Bitti tramitaron la entrega del cuerpo para realizar el sepelio en una cochería de Santo Tomé y comprobaron que el cadáver ya no se encontraba en la morgue.
Así quedó expuesto que fue entregado a una familia de la localidad de San Carlos, que lo hizo cremar antes de ser depositado en el cementerio.
Las fuentes señalaron que los familiares de la otra persona fallecida, que sí se encontraba en la morgue del sanatorio, no se dieron cuenta de la confusión debido a que fue víctima de Covid-19.
El hijo de Bitti denunció la situación en la seccional 12 de policía de Santo Tomé, ciudad distante 5 kilómetros al sur de la ciudad de Santa Fe, por lo que se iniciaron actuaciones sumariales que derivaron en una investigación judicial.
Las fuentes señalaron que hasta el mediodía de hoy la familia de Bitti no había recibido sus cenizas, en tanto el cadáver de la mujer sancarlina permanecía en la morgue del Sanatorio Servicios Médicos, situado en avenida 7 de Marzo 1905.
La fiscal Laura Urquiza ordenó la realización de una serie de medidas, entre ellas el secuestro de la historia clínica de mujeres fallecidas.