Francisco vive en La Matanza con su familia. Recientemente perdió a su padre, pero la necesidad de sus vecinos hizo que no bajara los brazos y siguiera adelante con su emprendimiento social, muy bienvenido por todos en este contexto de pandemia.
Francisco se acerca temprano por la mañana al Mercado Central y compra con dinero de su bolsillo mercadería para llevar a su barrio. No revende. Cocina y regala platos calientes.
Lo hace en su casa, sin ayuda oficial. Y ya son 130 las familias que día por medio van a retirar su cena.
Lo que más necesitan Francisco y su equipo de colaboradores son ollas, porque las que tenía eran prestadas y las tuvo que devolver.