En una nueva audiencia del juicio por el intento de magnicidio contra Cristina Kirchner, la titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), sentó las bases de la ampliación de la acusación contra los tres imputados.
Mariela Labozzetta argumentó que el accionar “fue perpetrado mediando violencia de género en la modalidad de violencia política”. Según afirmó, el objetivo del ataque fue “impedir que la víctima pudiera seguir desarrollando su vida política” y el hecho se dio en un contexto de violencia contra una “mujer política”. En un contundente alegato, la fiscal habló de un marco social de violencia contra las mujeres en general y contra la expresidenta en particular en forma “creciente”.
Para Labozzetta la situación contra Cristina Fernández de Kirchner se recrudeció en el año 2022 con diversos actos de hostigamiento por parte de organizaciones opositoras que “fueron habilitando progresivamente” los ataques y que ese fue “el escenario” en el que se apoyaron los imputados para atentar contra la vida de la expresidenta. Para la funcionaria no caben dudas: el objetivo fue “el aniquilamiento de ella como sujeta política”.
En la audiencia de la semana pasada el Tribunal ya aceptó incluir el agravante, sin embargo, aún resta resolver si lo aplicará a todos los imputados.
Chistes de mal gusto
Este miércoles, en tanto, declararon dos amigos de Gabriel Carrizo, el jefe de la banda de Los Copitos, quienes buscaron desligarlo del intento de asesinato.
-Gabriel me decía que él iba a terminar el trabajo que Fernando no pudo hacer
-¿Qué trabajo?
-Este de matar a la vicepresidenta.
-¿Gabriel le dijo que él iba a terminar ese trabajo?
-Sí.
-¿Se lo dijo por escrito?
-Sí.
-¿Y cómo sabe que era en chiste usted?
-Porque nosotros siempre hacemos chistes así o peores incluso.
Daniel Agustín Gómez, amigo cercano y compañero ocasional de Gabriel Carrizo en la venta de copos de azúcar, respondió preguntas sobre sus diálogos con el jefe de Los Copitos antes y después del intento de asesinato de Cristina Kirchner. Dejó expuesta la xenofobia del imputado y de su entorno y trató de disimular los comentarios a favor de la muerte de la dirigente. “Nos gusta el humor negro”, se excusó ante el Tribunal entre risas.
A pesar de haber tenido un vínculo estrecho con Carrizo, Gómez dijo que no hablaban de política. Contó que organizaban juntadas y fiestas y que ahí conoció a Fernando Sabag Montiel y a Brenda Uliarte, con quienes negó haber tenido una relación estrecha. Para el testigo todo lo que hablaban en el grupo de WhatsApp que compartían, denominado “Los Girozos” era en chiste y el único objetivo era salir a divertirse, tomar alcohol y tener relaciones sexuales.
El abogado de Cristina Fernández de Kirchner, Marcos Aldazábal le preguntó cómo fue que se enteró del atentado.
Dijo que fue cuando Carrizo le escribió y le dijo que le tenía que decir algo importante “en plan chisme” y le dijo que “Nando quiso matar a Cristina”.
Según dijo el testigo, “no entendía de qué me estaban hablando, de qué Cristina”. Y que entendió que se trataba de la vicepresidenta cuando llegó a su casa y prendió la televisión.
-¿Cuál fue tu reacción cuando entendiste de qué Cristina hablaba?
-Dije se la re mandó este chabón.
-Se la re mandó quiere decir que para vos lo que dijo Carrizo era verosímil, o sea había sido así.
-Claro… que Nando había querido matar a Cristina cuando lo vi en la tele.
-Ante esa situación ¿qué hiciste?
-Ponernos a hacer chistes como siempre.
En las conversaciones entre ambos Carrizo le dijo a Gómez que él iba a “terminar el trabajo”, en relación al intento de matar a Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, para el testigo, eso también fue un chiste. “Por ejemplo, Gabriel me decía que iba a terminar el trabajo y yo le decía bueno dale, yo soy tu confidente y así. Era un chiste”, se excusó.
En una audiencia que versó sobre el rol de Carrizo, también declaró David Antonio Jesús Ricciardone. Los dos testigos formaban parte del grupo de WhatsApp en el que el imputado había mostrado una foto con municiones. Ricciardone fue consultado al respecto y dijo que la imagen la vio recién después de conocerse el atentado. Según explicó, se le pasó porque era un chat muy activo en el que había muchos mensajes todo el tiempo y no siempre leía todo.
Al mismo tiempo, admitió que Sabag Montiel contó que tenía un arma que le pidió que le enseñara a usarla. “Yo tengo 100 municiones, un arsenal de balas (me dice Nando) después manda una foto y dice habría que practicar un poco de tiro”. Sin embargo, dijo que no le creyó. “Me podría decir que tiene una vaca en el ropero y tampoco le voy a creer”, declaró.