A 24 horas del último cacerolazo tras la aprobación en general en la Cámara de Diputados de la denominada ley “ómnibus” impulsada por el gobierno nacional, en Mar del Plata se volvió a vivir otra jornada de protesta, con la particularidad de que la convocatoria de este sábado se dio en paralelo a la visita del presidente, Javier Milei, quien llegó a la ciudad por el cumpleaños de su pareja, la artista Fátima Florez. Una vez más, se montó un amplio operativo policial en la zona del teatro donde se presenta la artista.
El nuevo cacerolazo en Mar del Plata comenzó pasadas las 20 en el Monumento a San Martín, con consignas contra el ajuste y las reformas estructurales y regresivas del Estado impulsadas por Milei. La manifestación, al igual que viene sucediendo desde el anuncio de distintas medidas -como el polémico decreto de necesidad y urgencia (DNU) o la propia ley “ómnibus”- concentró principalmente a personas autoconvocadas, pero también a algunas organizaciones de izquierda.
Así, las cacerolas -el símbolo de las protestas del 2001- volvieron a ser protagonistas de la jornada, pero con la particularidad de que se hicieron sentir a tan solo metros del teatro donde todas las noches se presenta la pareja del presidente, Fátima Florez, y donde además este sábado se hizo presente el propio Milei, quien vino a la ciudad una vez más sin agenda oficial, solo para celebrar el cumpleaños de la humorista y volver a ver la obra de teatro que encabeza.
Entonces, y al igual que sucedió durante la anterior visita del presidente -quien el 29 de diciembre estuvo en Mar del Plata y presenció la obra de Fátima, en medio de un fuerte operativo policial y entre manifestaciones a favor y en contra del gobierno– este sábado en la zona céntrica volvió a montarse otro importante operativo, que incluyó un vallado en inmediaciones del teatro, ubicado en San Luis entre San Martín y Rivadavia, además de presencia de efectivos de las distintas fuerzas, incluida la UTOI de la Policía Bonaerense, Policía Federal y agentes de Casa Militar, a cargo de la seguridad del presidente de la Nación.
En paralelo a esta situación, en otros puntos de Mar del Plata como el sector de la vieja terminal, donde hoy se encuentra emplazado el shopping Paseo Aldrey, otras fuerzas de seguridad como la Prefectura Naval Argentina montaron también distintos operativos con presencia de efectivos ante el posible traslado de Milei y de su comitiva oficial hacia esa zona de la ciudad.
En cuanto al cacerolazo en el centro de Mar del Plata, la concentración que comenzó a las 20 en Luro y Mitre se trasladó cerca de una hora después a la zona del teatro, con el objetivo de visibilizar el descontento ante la situación que vive el país y con distintas consignas contra la política de ajuste y desguace del Estado impulsada por el presidente de ultraderecha.
En ese mismo lugar, ya desde temprano se habían empezado a congregar vecinos, vecinas y turistas, quienes decidieron acercarse para manifestar su apoyo al gobierno nacional y para ver de cerca a Milei e incluso intentar tomarse alguna foto con él, exactamente igual que sucedió en diciembre, aunque con un poco más de caudal de gente en comparación.
Finalmente, una hora después del arribo de Fátima Florez -quien se hizo presente en el teatro alrededor de las 20.30, fue aplaudida por la gente que se encontraba en el vallado y habló brevemente con la prensa-, cerca de las 21.15, Javier Milei llegó al lugar, escoltado por efectivos y personal de seguridad y acompañado por su hermana y secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y por el vocero presidencial, Manuel Adorni.
Tras bajar del auto, el presidente fue recibido en medio de aplausos, por lo que se acercó efusivamente al grupo de personas que lo esperaban al grito de libertad, libertad mientras, en contraposición, a unos metros de ese mismo lugar todavía se mantenía activo el cacerolazo contra las políticas de ajuste.
La jornada de protesta y la visita del presidente de la Nación se dio este fin de semana luego de tres días de intensas manifestaciones en Capital Federal -durante el tratamiento de la ley “ómnibus”- que incluyeron fuertes operativos de las fuerzas federales que terminaron en represión, detenciones y personas heridas, entre ellas, múltiples trabajadores y trabajadoras de prensa.
