Moscú comenzó a investigar la seguridad de un modelo de respirador médico de fabricación rusa, algunas de cuyas unidades habían sido enviadas a Estados Unidos, después de que seis personas murieron en incendios de hospitales en los que se usaron dos de esas máquinas.
Cinco personas murieron en el Hospital de San Jorge en San Petersburgo el martes, entre ellos cuatro en una unidad de cuidados intensivos de coronavirus, según un abogado local.
Una fuente dijo a la agencia de noticias TASS que el fuego surgió después de que un ventilador, usado para ayudar a respirar a los pacientes gravemente enfermos de COVID-19, estalló en llamas en la sala.
Un incendio similar, causado por el mismo modelo de respirador, según una fuente policial que habló con la TASS, mató a una persona en un hospital de Moscú el sábado.
El modelo en cuestión, el Aventa-M, fue uno de los enviados a Estados Unidos desde Rusia a principios de abril para ayudar a hacer frente a la pandemia de coronavirus y está fabricado por una empresa que está bajo sanciones de Estados Unidos.