La sargento Byun Hee-soo, en la veintena, se había alistado voluntariamente en 2017 y dos años después se sometió a esa intervención en Tailandia.
El ministerio de Defensa clasificó la extirpación de sus genitales masculinos como una discapacidad física o mental y un comité decidió en enero de 2020 licenciarla del ejército.
Su caso era pionero en Corea del Sur, un país todavía muy conservador con cuestiones relacionadas con la identidad sexual y menos tolerante que otros países asiáticos respecto a los derechos LGTBI.
La soldado presentó una denuncia administrativa en agosto de 2020, pero siete meses después fue hallada muerta en casa.
Ahora, el tribunal de distrito de Daejeon (centro) falló a su favor e indicó que el ejército debería haberla aceptado oficialmente en sus filas como mujer tras la cirugía.
El tribunal, según indica la agencia Yonhap, la había reconocido legalmente como mujer, con lo que era imposible para las autoridades militares concluir que tenía "una discapacidad mental o física".
El ministerio de Defensa dijo a AFP que "respeta la decisión del tribunal", pero que todavía debe decidir si recurrirá.
La muerte de Byun provocó conmoción en el país y llamados al parlamento para aprobar una ley antidiscriminación.
Grupos internacionales alertaron sobre la forma en que el ejército trata a los soldados gays, que no pueden practicar sexo con personas del mismo sexo y se enfrentan a penas de hasta dos años si lo hacen.
