
Donald Trump parece decidido a poner fin a la guerra en Ucrania, y en términos que favorecen fuertemente a Rusia. Él y su vicepresidente han arengado al líder ucraniano, Volodymyr Zelensky, en el Despacho Oval, advirtiéndole de que no tiene ninguna influencia y que necesita un alto el fuego o se quedará sin país.
Sin embargo, las últimas cifras de víctimas cuentan una historia diferente. Se trata de una guerra sangrienta, pero Rusia está sangrando más que Ucrania. Y no se está apoderando de casi ningún territorio.
La invasión ha tenido un enorme coste en vidas humanas. Las nuevas cifras de muertos muestran que los combates son más mortíferos cada año que pasa.
Empecemos por Ucrania. Los datos del sitio web UAlosses muestran que al menos 65.000 soldados ucranianos han muerto desde el comienzo de la invasión rusa a gran escala en 2022. Para obtener estas cifras, los investigadores revisaron artículos de prensa y publicaciones en redes sociales para elaborar una lista de los soldados que se sabe que han muerto. Encontraron otros 55.000 desaparecidos en combate, lo que podría elevar la cifra de muertos a 120.000.
En septiembre de 2024, un informe filtrado de una agencia de inteligencia ucraniana sugería que habían muerto al menos entre 70.000 y 80.000 soldados. Estas cifras no incluyen las muertes de civiles, sobre las que existen muy pocos datos. Se cree que murieron decenas de miles de civiles.
Sin embargo, el número de muertos rusos es aún mayor. La BBC rusa calcula que hasta febrero habían muerto entre 150.000 y 210.000 soldados. Otros lugares han elaborado estimaciones similares. El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, un think tank con sede en Londres, calcula que a principios de enero habían muerto al menos 172.000 soldados.
Mediazona y Meduza, dos medios de comunicación independientes rusos, sitúan la cifra entre 160.000 y 165.000 para finales de 2024. Para llegar a estas estimaciones, que también están disponibles por semanas, utilizan registros de sucesiones y de otro tipo.
Estos datos sugieren que las muertes rusas han aumentado exponencialmente, de unas 20.000 en 2022, a unas 50.000 en 2023 y casi 100.000 en 2024.
Las estimaciones mensuales de bajas del ministerio de Defensa británico y la actividad bélica detectada por el rastreador de The Economist también sugieren que los combates se han vuelto más intensos. En diciembre, un funcionario británico afirmó que las bajas rusas (incluidos muertos y heridos) iban camino de alcanzar el millón en seis meses.
A pesar de la ventaja de tamaño de Rusia, estas cifras sugieren que aproximadamente uno de cada 30 hombres de entre 20 y 49 años ha muerto o ha resultado herido en los últimos tres años.
Trump ha citado cifras muy distintas sobre los muertos en el conflicto hasta la fecha: “Tenemos cifras de casi un millón de soldados rusos muertos y unos 700.000 soldados ucranianos muertos. Rusia es más grande, tiene más soldados que perder. Pero esa no es forma de gobernar un país”, declaró el 20 de enero. Un antiguo funcionario de la OTAN declaró a The Economist que estas cifras, “como muchas otras cosas que dice”, no eran creíbles.
Este mayor número de muertos en 2024 se produce con un cambio sorprendentemente pequeño en el territorio. Según nuestros cálculos, Rusia sólo habrá capturado el 0,57% del territorio ucraniano en 2024. A ese ritmo, sus soldados tardarían otros 141 años en conquistar todo el país.
Es evidente que Ucrania no está perdiendo esta guerra. Por mucha presión que ejerza Trump sobre Zelensky, no estará dispuesto a aceptar una paz cartaginesa que condene a su país a un futuro caótico y miserable, o que deje la puerta abierta a otra invasión.