El hecho que revela el grado de brutalidad que domina a algunos seres humanos –si es posible llamarlos así– ocurrió en Sao Paulo, y cobró relevancia internacional gracias al activista Felipe Becari, quien lleva más de una década luchando por los derechos de los animales.
Desde su perfil de Instagram, sus 1,3 millones de seguidores se enteraron del terrible suceso: una perrita fue rociada con pintura en aerosol y luego abandonada en un poste en la vía pública de la mencionada ciudad de Brasil.
El activista y rescatista se encargó de inmediato del pobre animal y dio cuenta del proceso de recuperación de Susy Grape, como la bautizó; nombre en inglés que hace alusión al color uva o morado con el que la pobre víctima fue pintada.
Incluso, la perrita fue grabada en vídeo por su agresor antes de abandonarla. “¿Me estoy volviendo loco o esto es real? Y el tipo que filma todavía se ríe: ‘¡esta va a la NASA!’ Dependiendo del aerosol, todavía puede morir de intoxicación hoy. Este ser humano salió muy mal. Estoy en camino, sereno y tranquilo, como siempre”, escribió Becari en la publicación.
"Bienvenida, Susy Grape, ya sos amada por millones”, escribió el rescatista junto a la difusión de las imágenes. Luego, casi mes y medio después, el activista mostró el avance de la recuperación: el color morado había desaparecido en su totalidad del pelaje y ya se percibía al animal en buenas condiciones de salud.
“Después de un susto, ¡aquí está la publicación! ¡Un caso que tuvo tanta repercusión! ¡Otro ejemplo del trabajo que hacemos y las recuperaciones que presenciamos! Susy, tan cariñosa y feliz, recibiendo los cuidados que tanto se merece y mejorando cada día. Para ustedes que nos ayudan, una muestra de gratitud y amor. ¡El futuro de Susy será hermoso como ella!”, dijo Becari.
