El río Amarillo, conocido así por la gran cantidad de sedimentos que transporta y le dan un característico color, nace en las montañas de Bayan Har, en plena meseta del Tíbet a elevaciones de hasta 4,500-4,800 metros, y fluye de forma irregular en dirección este a través de 9 provincias chinas hasta desembocar en el mar de Bohai, mientras forma un delta de considerable tamaño, próximo a una represa en el centro de China.
Allí, el día de hoy, al menos dos personas murieron y otras siete fueron dadas como desaparecidas luego de ser arrastradas por una crecida.


Según las informaciones recogidas por la agencia china de noticias Xinhua, un grupo de personas que se encontraba río abajo fue arrastrada por las aguas debido a una súbita crecida.
Las autoridades locales aseguraron hoy que los equipos de búsqueda y rescate se mantienen desplegados en la zona para intentar localizar a posibles sobrevivientes.
Este río experimenta dos grandes tipos de amenazas, una de origen natural y otra derivada de las actividades de los seres humanos. Por un lado, parte del río, especialmente su curso inferior, posee un lecho alto debido a la gran cantidad de sedimentos que se deposita, por lo que el agua tiende a desbordarse y ocasionar desastrosas inundaciones que pueden llevarse la vida de las personas. Por otra parte, el auge económico de China afecta la calidad de las aguas, pues los vertidos industriales, domésticos y de la agricultura llegan hasta el río y modifican sus propiedades.