Una mujer, de 25 años, mató a sus dos hijos, a dos hombres, y pretendía acabar con la vida de su madre y dos hermanos en Ecuador.
El método usado para eliminar a sus primeras víctimas fue el envenenamiento con una sustancia que agregaba a las comidas o a las bebidas.
Además, la mujer tuvo la sangre fría de enterrar a su primera víctima, un hombre que apareció empotrado en el lavamanos de la casa, cubierto con lona y cemento.
Todo ocurrió en la parroquia de Pifo, una zona rural de Quito, la capital ecuatoriana. La Policía Nacional identificó a la mujer como Lissa C. y la apresó.
Por las evidencias encontradas a finales de octubre, las autoridades consideran que Lissa C. es una asesina en serie.
Lissa C. planificó también las muertes de sus propios hijos, de entre 5 y 9 años, quienes fueron envenenados.
La Fiscalía detalló que a Marco Escanta, de 48 años, lo mató durante una reunión social en su casa.
Al otro hombre, identificado como Jaime Yanchaguano, asesinado en junio, también le aplicó el mismo método. El sujeto, de 28 años, fue localizado enterrado en el baño.