Tras 15 años de gobiernos progresistas, en manos del Frente Amplio, asume este domingo la presidencia de Uruguay el derechista Luis Alberto Lacalle Pou. El político, de 46 años, ha dado algunas señales contradictorias, como la de abrir las fronteras para que "miles y miles" de extranjeros vayan a vivir a su país, y darles a dirigentes frentamplistas 34 cargos en el gobierno.

Estas medidas contrastan con posturas que mantuvo como senador, como votar en contra de la legalización del aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo; tampoco respaldó las leyes que regularon por primera vez el trabajo de las empleadas domésticas y reconocieron derechos de las personas trans.

También anunció que derogará la ley que convirtió a Uruguay en un país que regula la producción, venta y consumo de cannabis, sobre todo en lo que respecta a la comercialización de marihuana por parte del Estado, pero sí permitirá el autocultivo y la permanencia de clubes de fumadores.

Ante la anunciada ausencia del presidente Alberto Fernández en la asunción, ya que debe abrir la Asamblea Legislativa en Argentina, el canciller, Felipe Solá, encabezará este domingo la comitiva nacional. También estará integrada por el flamante embajador en Montevideo, Alberto Iribarne, y el jefe de gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves.
El presidente electo asume en condiciones de debilidad política, ya que no tendrá mayoría parlamentaria y llega de la mano de una coalición que no le garantiza estabilidad. Lacalle Pou le ganó a Daniel Martínez, el candidato del Frente Amplio, por muy poca diferencia y en segunda vuelta: 48,7 % contra 47,4 % de los votos. Apenas una diferencia de 37.000 sufragios.