"Estar en condiciones de cazar un animal como ese es un privilegio increíble". De esa manera consideró Leon Kachelhoffer al hecho de haber matado al elefante tusker más grande de Botswana.
El experimentado cazador se jactó en un podcast de haber asesinado de un solo tiro a un elefante "colmilludo" de 50 años, aunque luego bajó el tono de su mensaje porque dijo que no quería generar debates.
"Estar en condiciones de cazar un animal como ese es un privilegio increíble. Cuando tomas uno así, hay mucho remordimiento, hay mucha tristeza, piensas en la gran vida que ha llevado este elefante. Sabes, hay más en esto que dispararle a un animal, tomar una fotografía, convertirse en un héroe y todas esas otras tonterías", explicó Kachelhoffer.

El cazador profesional pagó 50.000 dólares para formar parte de una excursión organizada por las autoridades del país.

S bien en 2014 Botswana había prohibido la caza de elefantes, en 2019 se reintrodujo el otorgamiento de permisos para esa práctica, de forma limitada, con el objetivo de lograr mayores ingresos y alentar ese tipo de "turismo".
Tras el parate de la pandemia de covid-19, en abril de 2021 se reprogramaron las licencias para matar a 287 ejemplares.
Los dichos de Kachelhoffer generaron repercusiones y uno de los primeros que expresó cuestionamientos fue el expresidente Ian Khama, quien prohibió durante su mandato la caza de elefantes, que luego reahbilitó su sucesor Mokgweetsi Masisi.
"Este fue uno de los elefantes más grandes, si no el más grande, del país. Un elefante que los operadores turísticos constantemente intentaban mostrar a los turistas como una atracción icónica. Ahora está muerto", lamentó Khama
Y añadió: "¿Cómo beneficia la muerte a nuestra industria turística en declive? La incompetencia y la falta de liderazgo casi acabaron con la población de rinocerontes, ¡y ahora esto".
Por su parte, Debbie Peake, portavoz de la industria de la caza, sostuvo: "Los ingresos y la carne de la caza marcarán una gran diferencia para la comunidad".
También intentó justificar la muerte de ese ejemplar al señalar que ya tenía una herida de bala, por lo que "los cazadores furtivos lo tenían en la mira".
"Si hubiera sido asesinado por un cazador furtivo, no habría habido ningún beneficio para la comunidad local", manifestó Peake.
En África solo quedan 40 elefantes con colmillos de "cien libras". Unos pocos están en Botswana, que tiene una población total de 130.000 elefantes.