El gobierno de Bolivia negó el lunes acusaciones de haber llevado a cabo un ataque contra el expresidente Evo Morales, cuyos autos fueron baleados este domingo, y sostuvo que la caravana del exlíder había disparado contra una fuerza especial de la policía antidrogas que estaba realizando un patrullaje. Este lunes se registraron tomas en un aeropuerto y cortes de rutas por parte de miembros del MAS a medida que crece la crisis política.
El gobierno boliviano acusó a Morales de haber armado un “teatro” y señaló que el incidente de los disparos se produjo cuando el expresidente intentó evadir un control antidroga de la policía en la región cocalera del Chapare.
“Señor Morales, nadie le cree el teatro que ha realizado, pero usted va a tener que responder a la justicia boliviana por el delito de asesinato en grado de tentativa” contra un uniformado, dijo el ministro de Gobierno (Interior), Eduardo Del Castillo, en conferencia de prensa.
El tiroteo del 27 de octubre contra el automóvil en el que viajaba Evo Morales intensificó el conflicto entre el expresidente boliviano y su antiguo aliado político, Luis Arce, que ahora es presidente. Aunque aún no hay una versión oficial sobre lo ocurrido y Arce aseguró que se llevará a cabo una “investigación minuciosa”, la hipótesis que más indicios parece reunir es la que sugiere que se trató de un operativo de captura fallido que derivó en un enfrentamiento armado. Morales es buscado por la fiscalía en una investigación por “estupro agravado con tráfico de personas” debido a la supuesta paternidad de una menor en 2016, algo que, según la acusación, encubrió con cargos y favores para la familia de la joven. Morales niega estas acusaciones.
El exmandatario se trasladaba entre dos ciudades del Chapare, la zona cocalera de Cochabamba, alrededor de las 630 de la mañana, cuando fue interceptado por dos camionetas que, al no poder detenerlo, abrieron fuego contra su vehículo. Según su relato, luego comenzó una persecución con más disparos. Morales resultó ileso, aunque declaró que “una bala pasó a centímetros de mi cabeza”. Su chofer sufrió una herida leve en la nuca.
El ataque tuvo lugar cerca del cuartel de la Novena División del Ejército en el Chapare, donde, según imágenes compartidas por Arandia, había aterrizado un helicóptero de la Policía con agentes armados.
Tras la denuncia de Morales, decenas de cocaleros rodearon el cuartel exigiendo explicaciones, ya que algunos testigos afirmaban que las camionetas utilizadas en el operativo habían ingresado allí. Un militar fue grabado admitiendo ante los manifestantes que los dueños de los vehículos “eran pacos” (policías) y que ya se habían retirado en helicóptero.
“Si Luis Arce no dio la orden de este intento de asesinato debe destituir y procesar inmediatamente a Eduardo del Castillo y Edmundo Novillo, ministros de Gobierno [Seguridad]y Defensa, junto a todos los policías que participaron”, posteó Morales en X. El líder indígena también acusó directamente a los militares y policías de intentar eliminarlo.
Del Castillo, dijo en una conferencia de prensa que la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (ELCN) estaba realizando un patrullaje de carreteras estándar cuando el convoy de Morales disparó contra la policía y atropelló a un oficial. Morales había dicho el domingo en una entrevista radial que disparó contra la policía después de que ésta abriera fuego. Los vehículos de Morales eran sospechosos de transportar drogas, según el Gobierno.
Morales, por su parte, calificó de falsas las acusaciones de que las autoridades estaban llevando a cabo un operativo antidrogas. ”Si hubiera sido así, ¿por qué su equipo de élite militar y policial disparó más de 18 veces en contra de los vehículos donde precisamente yo me trasladaba”, escribió en X.