Según informó la Jefatura Superior de Asturias, el acusado hizo esos llamados al 112 y al 091 desde 2019 hasta el pasado mes de abril.
La investigación policial comenzó luego de que el Centro Inteligente de Mando, Comunicación y Control (CIMACC) del 091 detectara un importante número de comunicaciones desde el mismo número de teléfono para increpar e insultar a los operadores y no solicitaba ayuda por emergencia alguna.
Los agentes comprobaron que desde ese mismo teléfono se habían realizado desde el año 2019 un total de 3.787 llamadas al 091 así como 4.957 llamadas a la sala de emergencias del 112.
Asimismo, se tuvo constancia de que la Policía Local de Gijón también había recibido llamadas similares desde el mismo número de teléfono.
Tras identificar al usuario de la tarjeta telefónica, los agentes detuvieron al hombre el pasado viernes y quedó acusado de un delito de desobediencia grave por hacer caso omiso de los reiterados requerimientos de los operadores de emergencias para que dejase de ocupar las líneas y de obstruir el servicio.
El hombre pasó a disposición judicial y fue liberado con cargos a la espera de juicio.
El Código Penal contempla penas que oscilan entre tres meses y un año de prisión o multa de 6 a 18 meses para los delitos de desobediencia grave.