 
        
    El megaoperativo contra el Comando Vermelho en la favelas de Alemão y Penha, al norte de Río de Janeiro, dejó un saldo de 121 muertos. Esta mañana, apareció un santuario en la playa de Copacabana en homenaje a los policías que perdieron la vida cumpliendo su servicio.
Justo en frente del Copacabana Palace, en el corazón turístico de la capital de Brasil, se montaron cruces con remeras de la Policía Civil y Militar con manchas rojas que simulan ser sangre y un cartel que dice: “Los derechos humanos no tienen lado”.
Este homenaje se realizó en un día clave; durante este mediodía las autoridades entregarán la nómina de los cuerpos para saber quiénes son efectivamente las personas que murieron en los operativos. A su vez, cerca de las 13, se espera una movilización de los familiares desde Penha.
Desde Río de Janeiro, se pudo constatar que la presencia policial se incrementó en las últimas horas por temor a una represalia narco. Hay un 40% más de policías distribuidos en los principales puntos turísticos de la ciudad, en las calles, en las playas y también en los shoppings.
Hay motos y autos de la Policía detenidos y patrullando constantemente las calles de Río. Los bares y restaurantes de la zona funcionan con precauciones, disminuyendo las ofertas que generalmente provocan un amontonamiento de gente.
Sin embargo, la capital brasileña alberga a una gran cantidad de turistas, como acostumbra durante todo el año, que habían planificado sus viajes y disfrutan de la ciudad con las restricciones y cuidados pertinentes, frente al clima de incertidumbre que se vive en el lugar.
 
        