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El sarampión, una enfermedad que había sido declarada eliminada en Estados Unidos en el año 2000, ha resurgido con fuerza en Texas y Nuevo México, con un total de 48 casos confirmados en las últimas semanas. Según informó USA TODAY, el brote comenzó en el noroeste de Texas y ha avanzado rápidamente, afectando a cuatro condados. La mayoría de los infectados son niños que no estaban vacunados o cuyo estado de vacunación es desconocido. Más de una docena de personas han requerido hospitalización debido a complicaciones graves.
El Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas advirtió que el número de casos podría seguir aumentando, mientras que las autoridades de Nuevo México confirmaron un brote en el condado de Lea, justo al otro lado de la frontera con el condado de Gaines, en Texas. En este último estado, tres casos han sido reportados, incluyendo el de un adolescente no vacunado que no tenía historial reciente de viajes ni contacto conocido con los casos de Texas, lo que ha generado preocupación por la posibilidad de una propagación no detectada del virus.
Los expertos en salud pública han señalado que la rápida expansión del brote podría estar relacionada con la disminución en las tasas de vacunación y el alto nivel de contagio del virus. El sarampión se considera una de las enfermedades más transmisibles, ya que una sola persona infectada puede contagiar a hasta 18 personas no inmunizadas. Ante este escenario, los funcionarios de salud han intensificado las campañas de concienciación para fomentar la vacunación y han emitido advertencias sobre el riesgo de exposición en comunidades con bajas tasas de inmunización.
Un brote que cruza fronteras y alarma a las autoridades
El brote en Texas comenzó con dos casos en el condado de Gaines, pero en cuestión de semanas se ha extendido, afectando a un total de 48 personas. Según USA TODAY, todos los casos confirmados hasta el momento corresponden a personas no vacunadas o con un estado de vacunación incierto, lo que subraya la importancia de la inmunización para prevenir la propagación de esta enfermedad altamente contagiosa.
Las autoridades de salud de Nuevo México han emitido alertas a la población sobre posibles exposiciones en lugares públicos, incluyendo una escuela primaria, supermercados, una iglesia, una farmacia y un hospital. Este esfuerzo busca contener la propagación del virus y evitar que el brote se expanda a otras comunidades.
El descenso en las tasas de vacunación y su impacto en la reaparición del sarampión
El sarampión es una enfermedad prevenible mediante la vacuna triple viral (MMR, por sus siglas en inglés), que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la serie completa de dos dosis de esta vacuna tiene una efectividad del 97% para prevenir el sarampión, mientras que una sola dosis ofrece una protección del 93%. Sin embargo, en los últimos años, las tasas de vacunación han disminuido, lo que ha facilitado el resurgimiento de la enfermedad.
En 2024, los CDC reportaron que la cobertura de vacunación en niños de jardín de infantes cayó por debajo del 93%, situándose en un 92,7%. Este porcentaje está lejos del umbral del 95% que los expertos consideran necesario para prevenir brotes. Ese mismo año, se registraron 285 casos de sarampión en 33 estados, de los cuales el 89% correspondía a personas no vacunadas o con un estado de vacunación desconocido. Además, el 40% de los casos requirieron hospitalización, lo que evidencia la gravedad de la enfermedad en personas no inmunizadas.
Síntomas, complicaciones y riesgos asociados al sarampión
El sarampión es una enfermedad viral que presenta síntomas entre 7 y 14 días después de la exposición al virus. Según los CDC, los primeros signos incluyen fiebre alta, tos, secreción nasal y conjuntivitis. Entre dos y tres días después del inicio de los síntomas, pueden aparecer pequeñas manchas blancas en el interior de la boca, seguidas de un sarpullido rojizo que comienza en la cara y se extiende al resto del cuerpo en los siguientes días.
Aunque la mayoría de los casos se resuelven sin complicaciones, el sarampión puede causar enfermedades graves, especialmente en niños pequeños y personas no vacunadas. De acuerdo con los CDC, uno de cada cinco individuos no vacunados que contrae sarampión requiere hospitalización. Entre las complicaciones más comunes se encuentran la neumonía, que es la principal causa de muerte en niños infectados, y la encefalitis, una inflamación cerebral que puede provocar convulsiones, sordera o discapacidades intelectuales.
Esta enfermedad también representa un riesgo para las mujeres embarazadas no vacunadas, ya que puede provocar abortos espontáneos, partos prematuros y bebés con bajo peso al nacer. Debido a estos riesgos, los expertos recomiendan que todas las mujeres en edad fértil verifiquen su estado de inmunización antes de quedar embarazadas.
Un virus altamente contagioso y difícil de contener
El sarampión se transmite a través de las gotas respiratorias que se liberan cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. Según la Clínica Mayo, estas gotas pueden permanecer en el aire o en superficies durante hasta dos horas después de que la persona infectada haya abandonado el lugar. Esto significa que una persona puede contraer el virus incluso sin haber tenido contacto directo con alguien infectado.
La enfermedad es considerada como uno de los virus más contagiosos del mundo. Según los CDC, una persona infectada puede transmitir el virus a entre el 90% y el 95% de las personas no inmunizadas con las que entra en contacto. Además, el virus puede propagarse antes de que la persona presente síntomas, lo que dificulta su identificación y contención. Las personas con sarampión son contagiosas desde cuatro días antes de que aparezca el sarpullido hasta cuatro días después.
Un llamado urgente a la vacunación
Ante el aumento de casos, las autoridades de salud de Texas y Nuevo México han instado a la población a vacunarse contra el sarampión. La vacuna no solo protege a quienes la reciben, sino que también contribuye a la inmunidad colectiva, que es fundamental para proteger a los bebés que aún no pueden ser vacunados y a las personas con sistemas inmunológicos debilitados.
El resurgimiento del sarampión en Estados Unidos ha encendido las alarmas sobre la importancia de mantener altas tasas de vacunación para evitar brotes de enfermedades que, aunque prevenibles, pueden tener consecuencias graves. Autoridades sanitarias y expertos en salud pública continúan advirtiendo que el descenso en la cobertura de vacunación representa un riesgo significativo y enfatizan la necesidad de fortalecer las campañas de inmunización en todo el país.