
Sol Pérez, recientemente madre de su primer hijo, decidió ponerle fin al silencio y enfrentar con claridad las críticas que viene recibiendo desde que mostró públicamente cómo transita el posparto. En particular, los comentarios apuntaron a su decisión de mantener rutinas de entrenamiento físico tanto durante el embarazo como después del nacimiento.
A través de sus redes sociales, la modelo, panelista y abogada compartió una imagen frente al espejo donde se mostró a un mes y 19 días de haber dado a luz por cesárea. “El esfuerzo siempre trae sus recompensas, mujeres fuertes”, escribió al pie de la publicación, acompañando la imagen con un mensaje de aliento y orgullo por su recuperación.
Sin embargo, ese gesto generó reacciones encontradas, y no todas fueron positivas. Fue entonces cuando Sol decidió hacer una pausa y responder con un extenso mensaje a quienes cuestionaron sus decisiones.
“No busco ser ejemplo de nada, simplemente comparto mi proceso. Para mí es más fácil sentarme a comer mientras amamanto a mi hijo, pero por mi salud mental y física, prefiero moverme y comer saludable. ¿Eso está mal? ¿Tengo que dejarme de lado para cumplir con lo que siempre le dijeron a las mamás que acababan de parir?”, reflexionó.
La ex participante de realities y actual figura de los medios explicó que eligió seguir entrenando y cuidando su alimentación como forma de autocuidado, una decisión que también fue objeto de críticas durante el embarazo.
“Entrené y comí sano durante todo el embarazo. También me criticaron. Mi hijo nació con más de tres kilos y medio, no necesité suplementos gracias a mi alimentación. Pero también me criticaron porque supuestamente estaba obsesionada con mi cuerpo”, comentó.
Finalmente, cerró con una frase cargada de ironía y determinación: “Perdón por no hacer lo que la gente espera, solo hago lo mejor para mi salud y especialmente para mi hijo”.
El mensaje de Sol Pérez reabre el debate sobre las exigencias sociales hacia las madres y las distintas formas de maternar, cuestionando los estereotipos que todavía pesan sobre las mujeres, sus cuerpos y sus elecciones.