La semana pasada, Mariano Caprarola tuvo que ser intervenido para extraerle una piedra que estaba localizada en uno de sus riñones. "Iba a salir sola pero después descubrieron que tenía el tamaño de una aceituna y era imposible", relató en LAM. Según explicó, tiene una calcemia controlada que habría sido consecuencia de un tratamiento médico mal hecho.
"Hace tres semanas tuve problemas y me dijeron que no es que tengo el riñón cagado pero casi. Por suerte, me lo agarraron a tiempo y no llegó a afectarse todo el órgano. Esto que me pasa tiene nombre y apellido", disparó.
Caprarola fue uno de los tantos pacientes del cirujano Anibal Lotocki que lo acusa por presunta mala praxis. Sin embargo, hoy prefiere focalizarse en su bienestar y no mencionarlo públicamente. "No hice acciones legales porque creo que la justicia ya está actuando (el médico tiene otras denuncias graves). Yo no quiero plata pero sí, que se haga justicia porque él es un asesino".